7 Días De Oración a Través De La PérdidaMuestra

Recuperarse de una Pérdida

Jesús lloró de dolor por la muerte de su amigo Lázaro. Conocía bien los dolores. Lo que sea el dolor o la pérdida que experimentamos, Dios lo comprende. De hecho, al Espíritu Santo también se le llama Consolador. Seguramente uno de Sus consuelos es la paz cuando sufrimos una pérdida profunda. ¿Qué pérdida le ha causado dolor? Hay que llevárselo a El Señor. No deje que su dolor se convierta en una fuente de amargura que le dé al enemigo un pie en la puerta.

Dios anhela una relación profunda y duradera con usted. Debido a que Él es confiable, Él quiere que

dependemos de Él. Dios puede usar sus dolores para fortalecer su relación con Él.

Si está sano, no es probable que vaya al consultorio del médico pronto. Esto es porque todo en su cuerpo parece estar funcionando y haciendo lo que se supone que debe hacer. Pero cuando se enferma, y ​​especialmente si esa enfermedad continúa durante mucho tiempo, es probable que haga una cita para ir a visitar a su médico. Decidirá entrar en la presencia de su médico.

De manera similar, a veces Dios permite que la pérdida en su vida lo vuelve a enfocar en Él. Él no quiere que camines solo. Él está con usted incluso cuando olvidas que está allí. Anhela estar cerca de usted.

¿Está en una situación que lo quiere comer vivo? ¿Se encuentra con cada vez menos esperanza cada día? ¿Alguna vez se ha sentido abrumado por el arrepentimiento por lo que ha perdido?

Si eso describe su situación, entonces no quiero nada más que recordarle que Jesús está con usted. Él está con usted en este momento. Y quiero que sepa completamente que, porque Él está con usted, Su poder y Su gracia están con usted. Y su poder y gracia lo consolarán. 

Dios a veces nos llama a caminar por un valle. No le puedo prometer que la vida será sin viento, nubes, y lluvia. Pero puedo prometerle que no tiene que caminar solo por el valle de la pérdida. Si va a poner sus ojos en Jesucristo, Él lo encontrará donde está. Así que sigue caminando. No tire la toalla. No diga que no puede hacerlo, porque Dios lo hará con usted. No camine por este camino solo.

Oremos:

“Señor, (remove Tú) eres El Creador de todas las cosas. De hecho, tienes todas las cosas en Tús manos. Nada que haya perdido en mi vida fue una sorpresa para Ti. Eres consciente de todo y lo permitiste soberanamente. Restaura mi confianza y esperanza donde se ha roto. Dame un corazón que anhela Tú voluntad en mi vida. Y por favor, ayúdame a cambiar mis pensamientos de lo que he perdido a las promesas que tengo en Ti ’.’ Para creer que nunca me dejarás ni me abandonaras. En el nombre de Cristo, Amén.”