Hablando vidaMuestra
El poder de la lengua
¡La vida y la muerte están contenidas en el poder de nuestra lengua! ¿Crees esto? A pesar de ser pequeña, la lengua puede dar grandes discursos. Una pequeña chispa puede incendiar un gran bosque. El timón de una nave es también pequeño pero puede dirigir el curso de un gran barco. De todas las partes de tu cuerpo, tu lengua es la más poderosa y puede incendiar tu mundo o infundir vida a un alma cansada. Tú decides.
La Palabra nos dice que nuestras palabras pueden ser como fuego abrasador; separan a los mejores amigos, provocan contiendas, y engañan al necio en su propia necedad. En contraste, la Palabra también dice que dan vida…palabras como manzanas de oro, fuente de vida o miel al alma. Nuestras palabras tienen impacto para bien o para mal.
Nuestra lengua y su poder para usar palabras es un regalo de Dios, único e influyente. Cuando leemos el libro de Proverbios, notamos que en cada página saltan versículos y más versículos acerca del poder de las palabras. Proverbios 12:6 enseña que nuestras palabras tienen el poder de destruir y el poder de edificar. ¿Estamos usando las palabras para construir o para destruir a otros? ¿Quién está a cargo de nuestra lengua? ¿A quién podemos culpar cuando cosas hirientes son vertidas por nuestra boca? Es imperativo ser conscientes de que debemos decidir controlar todo lo que sale de nuestra lengua.
Ya que nuestras poderosas, positivas y bellas palabras pueden sanar y edificar, debemos ser generosos usándolas. Cuando hablamos con la verdad, nuestras palabras pueden cambiar vidas. Detente y piensa cómo te comunicas. ¿Tus palabras animan al oyente a obtener grandes logros? ¿Ayudan tus palabras y dan apoyo a quién está sufriendo? Tus palabras ¿educan, nutren, e inspiran a tus hijos?
Tristemente, emociones como el odio, el miedo, la duda, la frustración y el resentimiento son también expresadas y alimentadas por palabras. Ya sean escritas o habladas, tienen poder para romper y destruir ambientes y relaciones saludables.
Años atrás acepté el desafío de Efesios 4:29 NVI que declara: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”. Qué poderosa instrucción. Este fue un proyecto para domar mi lengua. Al presenciar el árido desierto de palabras hirientes, era emocionante emprender esta nueva aventura vivificante. Quería dar vida a mi mundo comenzando con mi propia lengua..
Ya que nuestra lengua ejerce gran poder para vida o para muerte, debemos preocuparnos por lo que decimos y cómo lo decimos. Examina tus palabras. ¡Tus palabras pueden cambiar todo!
Reflexión:
Pequeña. Rápida. Fácil. Considera el impacto de tus palabras. ¿Cómo puedes hablar más verdades que den vida y no palabras que destruyan?
Oración:
Señor, ayúdame a estar muy consciente del poder en mi lengua y de las palabras que elijo. Ayúdame a hablar vida y no muerte.
Acerca de este Plan
Palabras, palabras, palabras, ¡palabras llenas de poder! Palabras que construyen o palabras que destruyen. Palabras que dan vida o palabras que traen muerte. La elección es nuestra. Evaluemos la importancia del poder que contienen nuestras palabras.
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