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La Guerra Espiritual Para Una Vida De Intimidad Con Dios

Listos para el retorno de Jesús: Las parábolas en Mateo 24–25

Dios Es El Cimiento Inquebrantable

Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="chapter ch32" data-usfm="2CH.32">
 <div class="label">32</div><div class="s">Senaquerib invade a Jud&#225;</div><div class="r">(2 R. 18.13-37; Is. 36.1-22)</div><div class="p"> 1Despu&#233;s de estas cosas y de esta fidelidad, vino Senaquerib rey de los asirios e invadi&#243; a Jud&#225;, y acamp&#243; contra las ciudades fortificadas, con la intenci&#243;n de conquistarlas. 2Viendo, pues, Ezequ&#237;as la venida de Senaquerib, y su intenci&#243;n de combatir a Jerusal&#233;n, 3tuvo consejo con sus pr&#237;ncipes y con sus hombres valientes, para cegar las fuentes de agua que estaban fuera de la ciudad; y ellos le apoyaron. 4Entonces se reuni&#243; mucho pueblo, y cegaron todas las fuentes, y el arroyo que corr&#237;a a trav&#233;s del territorio, diciendo: &#191;Por qu&#233; han de hallar los reyes de Asiria muchas aguas cuando vengan? 5Despu&#233;s con &#225;nimo resuelto edific&#243; Ezequ&#237;as todos los muros ca&#237;dos, e hizo alzar las torres, y otro muro por fuera; fortific&#243; adem&#225;s a Milo en la ciudad de David, y tambi&#233;n hizo muchas espadas y escudos. 6Y puso capitanes de guerra sobre el pueblo, y los hizo reunir en la plaza de la puerta de la ciudad, y habl&#243; al coraz&#243;n de ellos, diciendo: 7Esforzaos y animaos; no tem&#225;is, ni teng&#225;is miedo del rey de Asiria, ni de toda la multitud que con &#233;l viene; porque m&#225;s hay con nosotros que con &#233;l. 8Con &#233;l est&#225; el brazo de carne, mas con nosotros est&#225; Jehov&#225; nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas. Y el pueblo tuvo confianza en las palabras de Ezequ&#237;as rey de Jud&#225;.</div><div class="p"> 9Despu&#233;s de esto, Senaquerib rey de los asirios, mientras sitiaba a Laquis con todas sus fuerzas, envi&#243; sus siervos a Jerusal&#233;n para decir a Ezequ&#237;as rey de Jud&#225;, y a todos los de Jud&#225; que estaban en Jerusal&#233;n: 10As&#237; ha dicho Senaquerib rey de los asirios: &#191;En qui&#233;n confi&#225;is vosotros, al resistir el sitio en Jerusal&#233;n? 11&#191;No os enga&#241;a Ezequ&#237;as para entregaros a muerte, a hambre y a sed, al decir: Jehov&#225; nuestro Dios nos librar&#225; de la mano del rey de Asiria? 12&#191;No es Ezequ&#237;as el mismo que ha quitado sus lugares altos y sus altares, y ha dicho a Jud&#225; y a Jerusal&#233;n: Delante de este solo altar adorar&#233;is, y sobre &#233;l quemar&#233;is incienso? 13&#191;No hab&#233;is sabido lo que yo y mis padres hemos hecho a todos los pueblos de la tierra? &#191;Pudieron los dioses de las naciones de esas tierras librar su tierra de mi mano? 14&#191;Qu&#233; dios hubo de entre todos los dioses de aquellas naciones que destruyeron mis padres, que pudiese salvar a su pueblo de mis manos? &#191;C&#243;mo podr&#225; vuestro Dios libraros de mi mano? 15Ahora, pues, no os enga&#241;e Ezequ&#237;as, ni os persuada de ese modo, ni le cre&#225;is; que si ning&#250;n dios de todas aquellas naciones y reinos pudo librar a su pueblo de mis manos, y de las manos de mis padres, &#191;cu&#225;nto menos vuestro Dios os podr&#225; librar de mi mano?</div><div class="p"> 16Y otras cosas m&#225;s hablaron sus siervos contra Jehov&#225; Dios, y contra su siervo Ezequ&#237;as. 17Adem&#225;s de esto escribi&#243; cartas en que blasfemaba contra Jehov&#225; el Dios de Israel, y hablaba contra &#233;l, diciendo: Como los dioses de las naciones de los pa&#237;ses no pudieron librar a su pueblo de mis manos, tampoco el Dios de Ezequ&#237;as librar&#225; al suyo de mis manos. 18Y clamaron a gran voz en judaico al pueblo de Jerusal&#233;n que estaba sobre los muros, para espantarles y atemorizarles, a fin de poder tomar la ciudad. 19Y hablaron contra el Dios de Jerusal&#233;n, como contra los dioses de los pueblos de la tierra, que son obra de manos de hombres.</div><div class="s">Jehov&#225; libra a Ezequ&#237;as</div><div class="r">(2 R. 19.1-37; Is. 37.1-38)</div><div class="p"> 20Mas el rey Ezequ&#237;as y el profeta Isa&#237;as hijo de Amoz oraron por esto, y clamaron al cielo. 21Y Jehov&#225; envi&#243; un &#225;ngel, el cual destruy&#243; a todo valiente y esforzado, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Este se volvi&#243;, por tanto, avergonzado a su tierra; y entrando en el templo de su dios, all&#237; lo mataron a espada sus propios hijos. 22As&#237; salv&#243; Jehov&#225; a Ezequ&#237;as y a los moradores de Jerusal&#233;n de las manos de Senaquerib rey de Asiria, y de las manos de todos; y les dio reposo por todos lados. 23Y muchos trajeron a Jerusal&#233;n ofrenda a Jehov&#225;, y ricos presentes a Ezequ&#237;as rey de Jud&#225;; y fue muy engrandecido delante de todas las naciones despu&#233;s de esto.</div><div class="s">Enfermedad de Ezequ&#237;as</div><div class="r">(2 R. 20.1-11; Is. 38.1-22)</div><div class="p"> 24En aquel tiempo Ezequ&#237;as enferm&#243; de muerte; y or&#243; a Jehov&#225;, quien le respondi&#243;, y le dio una se&#241;al. 25Mas Ezequ&#237;as no correspondi&#243; al bien que le hab&#237;a sido hecho, sino que se enalteci&#243; su coraz&#243;n, y vino la ira contra &#233;l, y contra Jud&#225; y Jerusal&#233;n. 26Pero Ezequ&#237;as, despu&#233;s de haberse enaltecido su coraz&#243;n, se humill&#243;, &#233;l y los moradores de Jerusal&#233;n; y no vino sobre ellos la ira de Jehov&#225; en los d&#237;as de Ezequ&#237;as.</div><div class="s">Ezequ&#237;as recibe a los enviados de Babilonia</div><div class="r">(2 R. 20.12-19; Is. 39.1-8)</div><div class="p"> 27Y tuvo Ezequ&#237;as riquezas y gloria, muchas en gran manera; y adquiri&#243; tesoros de plata y oro, piedras preciosas, perfumes, escudos, y toda clase de joyas deseables. 28Asimismo hizo dep&#243;sitos para las rentas del grano, del vino y del aceite, establos para toda clase de bestias, y apriscos para los ganados. 29Adquiri&#243; tambi&#233;n ciudades, y hatos de ovejas y de vacas en gran abundancia; porque Dios le hab&#237;a dado muchas riquezas. 30Este Ezequ&#237;as cubri&#243; los manantiales de Gih&#243;n la de arriba, y condujo el agua hacia el occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequ&#237;as en todo lo que hizo. 31Mas en lo referente a los mensajeros de los pr&#237;ncipes de Babilonia, que enviaron a &#233;l para saber del prodigio que hab&#237;a acontecido en el pa&#237;s, Dios lo dej&#243;, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su coraz&#243;n.</div><div class="s">Muerte de Ezequ&#237;as</div><div class="r">(2 R. 20.20-21)</div><div class="p"> 32Los dem&#225;s hechos de Ezequ&#237;as, y sus misericordias, he aqu&#237; todos est&#225;n escritos en la profec&#237;a del profeta Isa&#237;as hijo de Amoz, en el libro de los reyes de Jud&#225; y de Israel. 33Y durmi&#243; Ezequ&#237;as con sus padres, y lo sepultaron en el lugar m&#225;s prominente de los sepulcros de los hijos de David, honr&#225;ndole en su muerte todo Jud&#225; y toda Jerusal&#233;n; y rein&#243; en su lugar Manas&#233;s su hijo.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="chapter ch33" data-usfm="2CH.33">
 <div class="label">33</div><div class="s">Reinado de Manas&#233;s</div><div class="r">(2 R. 21.1-18)</div><div class="p"> 1De doce a&#241;os era Manas&#233;s cuando comenz&#243; a reinar, y cincuenta y cinco a&#241;os rein&#243; en Jerusal&#233;n. 2Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehov&#225;,#Jer. 15.4. conforme a las abominaciones de las naciones que Jehov&#225; hab&#237;a echado de delante de los hijos de Israel. 3Porque &#233;l reedific&#243; los lugares altos que Ezequ&#237;as su padre hab&#237;a derribado, y levant&#243; altares a los baales, e hizo im&#225;genes de Asera, y ador&#243; a todo el ej&#233;rcito de los cielos, y les rindi&#243; culto. 4Edific&#243; tambi&#233;n altares en la casa de Jehov&#225;, de la cual hab&#237;a dicho Jehov&#225;: En Jerusal&#233;n estar&#225; mi nombre perpetuamente.#2 S. 7.13. 5Edific&#243; asimismo altares a todo el ej&#233;rcito de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehov&#225;. 6Y pas&#243; sus hijos por fuego en el valle del hijo de Hinom; y observaba los tiempos, miraba en ag&#252;eros, era dado a adivinaciones, y consultaba a adivinos y encantadores; se excedi&#243; en hacer lo malo ante los ojos de Jehov&#225;, hasta encender su ira. 7Adem&#225;s de esto puso una imagen fundida que hizo, en la casa de Dios, de la cual hab&#237;a dicho Dios a David y a Salom&#243;n su hijo: En esta casa y en Jerusal&#233;n, la cual yo eleg&#237; sobre todas las tribus de Israel, pondr&#233; mi nombre para siempre; 8y nunca m&#225;s quitar&#233; el pie de Israel de la tierra que yo entregu&#233; a vuestros padres, a condici&#243;n de que guarden y hagan todas las cosas que yo les he mandado, toda la ley, los estatutos y los preceptos, por medio de Mois&#233;s.#1 R. 9.3-5; 2 Cr. 7.12-18. 9Manas&#233;s, pues, hizo extraviarse a Jud&#225; y a los moradores de Jerusal&#233;n, para hacer m&#225;s mal que las naciones que Jehov&#225; destruy&#243; delante de los hijos de Israel.</div><div class="p"> 10Y habl&#243; Jehov&#225; a Manas&#233;s y a su pueblo, mas ellos no escucharon; 11por lo cual Jehov&#225; trajo contra ellos los generales del ej&#233;rcito del rey de los asirios, los cuales aprisionaron con grillos a Manas&#233;s, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia. 12Mas luego que fue puesto en angustias, or&#243; a Jehov&#225; su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres. 13Y habiendo orado a &#233;l, fue atendido; pues Dios oy&#243; su oraci&#243;n y lo restaur&#243; a Jerusal&#233;n, a su reino. Entonces reconoci&#243; Manas&#233;s que Jehov&#225; era Dios.</div><div class="p"> 14Despu&#233;s de esto edific&#243; el muro exterior de la ciudad de David, al occidente de Gih&#243;n, en el valle, a la entrada de la puerta del Pescado, y amurall&#243; Ofel, y elev&#243; el muro muy alto; y puso capitanes de ej&#233;rcito en todas las ciudades fortificadas de Jud&#225;. 15Asimismo quit&#243; los dioses ajenos, y el &#237;dolo de la casa de Jehov&#225;, y todos los altares que hab&#237;a edificado en el monte de la casa de Jehov&#225; y en Jerusal&#233;n, y los ech&#243; fuera de la ciudad. 16Repar&#243; luego el altar de Jehov&#225;, y sacrific&#243; sobre &#233;l sacrificios de ofrendas de paz y de alabanza; y mand&#243; a Jud&#225; que sirviesen a Jehov&#225; Dios de Israel. 17Pero el pueblo a&#250;n sacrificaba en los lugares altos, aunque lo hac&#237;a para Jehov&#225; su Dios.</div><div class="p"> 18Los dem&#225;s hechos de Manas&#233;s, y su oraci&#243;n a su Dios, y las palabras de los videntes que le hablaron en nombre de Jehov&#225; el Dios de Israel, he aqu&#237; todo est&#225; escrito en las actas de los reyes de Israel. 19Su oraci&#243;n tambi&#233;n, y c&#243;mo fue o&#237;do, todos sus pecados, y su prevaricaci&#243;n, los sitios donde edific&#243; lugares altos y erigi&#243; im&#225;genes de Asera e &#237;dolos, antes que se humillase, he aqu&#237; estas cosas est&#225;n escritas en las palabras de los videntes. 20Y durmi&#243; Manas&#233;s con sus padres, y lo sepultaron en su casa; y rein&#243; en su lugar Am&#243;n su hijo.</div><div class="s">Reinado de Am&#243;n</div><div class="r">(2 R. 21.19-26)</div><div class="p"> 21De veintid&#243;s a&#241;os era Am&#243;n cuando comenz&#243; a reinar, y dos a&#241;os rein&#243; en Jerusal&#233;n. 22E hizo lo malo ante los ojos de Jehov&#225;, como hab&#237;a hecho Manas&#233;s su padre; porque ofreci&#243; sacrificios y sirvi&#243; a todos los &#237;dolos que su padre Manas&#233;s hab&#237;a hecho. 23Pero nunca se humill&#243; delante de Jehov&#225;, como se humill&#243; Manas&#233;s su padre; antes bien aument&#243; el pecado. 24Y conspiraron contra &#233;l sus siervos, y lo mataron en su casa. 25Mas el pueblo de la tierra mat&#243; a todos los que hab&#237;an conspirado contra el rey Am&#243;n; y el pueblo de la tierra puso por rey en su lugar a Jos&#237;as su hijo.</div>
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 <div class="chapter ch34" data-usfm="2CH.34">
 <div class="label">34</div><div class="s">Reinado de Jos&#237;as</div><div class="r">(2 R. 22.1-2)</div><div class="p"> 1De ocho a&#241;os era Jos&#237;as#Jer. 3.6. cuando comenz&#243; a reinar, y treinta y un a&#241;os rein&#243; en Jerusal&#233;n. 2Este hizo lo recto ante los ojos de Jehov&#225;, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda.</div><div class="s">Reformas de Jos&#237;as</div><div class="r">(2 R. 23.4-20)</div><div class="p"> 3A los ocho a&#241;os de su reinado, siendo a&#250;n muchacho, comenz&#243; a buscar al Dios de David su padre; y a los doce a&#241;os comenz&#243; a limpiar a Jud&#225; y a Jerusal&#233;n de los lugares altos, im&#225;genes de Asera, esculturas, e im&#225;genes fundidas. 4Y derribaron delante de &#233;l los altares de los baales,#2 R. 21.3; 2 Cr. 33.3. e hizo pedazos las im&#225;genes del sol, que estaban puestas encima; despedaz&#243; tambi&#233;n las im&#225;genes de Asera, las esculturas y estatuas fundidas, y las desmenuz&#243;, y esparci&#243; el polvo sobre los sepulcros de los que les hab&#237;an ofrecido sacrificios. 5Quem&#243; adem&#225;s los huesos de los sacerdotes sobre sus altares,#1 R. 13.2. y limpi&#243; a Jud&#225; y a Jerusal&#233;n. 6Lo mismo hizo en las ciudades de Manas&#233;s, Efra&#237;n, Sime&#243;n y hasta Neftal&#237;, y en los lugares asolados alrededor. 7Y cuando hubo derribado los altares y las im&#225;genes de Asera, y quebrado y desmenuzado las esculturas, y destruido todos los &#237;dolos por toda la tierra de Israel, volvi&#243; a Jerusal&#233;n.</div><div class="s">Hallazgo del libro de la ley</div><div class="r">(2 R. 22.3&#8212;23.3)</div><div class="p"> 8A los dieciocho a&#241;os de su reinado, despu&#233;s de haber limpiado la tierra y la casa, envi&#243; a Saf&#225;n hijo de Azal&#237;a, a Maas&#237;as gobernador de la ciudad, y a Joa hijo de Joacaz, canciller, para que reparasen la casa de Jehov&#225; su Dios. 9Vinieron estos al sumo sacerdote Hilc&#237;as, y dieron el dinero que hab&#237;a sido tra&#237;do a la casa de Jehov&#225;, que los levitas que guardaban la puerta hab&#237;an recogido de mano de Manas&#233;s y de Efra&#237;n y de todo el remanente de Israel, de todo Jud&#225; y Benjam&#237;n, y de los habitantes de Jerusal&#233;n. 10Y lo entregaron en mano de los que hac&#237;an la obra, que eran mayordomos en la casa de Jehov&#225;, los cuales lo daban a los que hac&#237;an la obra y trabajaban en la casa de Jehov&#225;, para reparar y restaurar el templo. 11Daban asimismo a los carpinteros y canteros para que comprasen piedra de canter&#237;a, y madera para los armazones y para la entabladura de los edificios que hab&#237;an destruido los reyes de Jud&#225;. 12Y estos hombres proced&#237;an con fidelidad en la obra; y eran sus mayordomos Jahat y Abd&#237;as, levitas de los hijos de Merari, y Zacar&#237;as y Mesulam de los hijos de Coat, para que activasen la obra; y de los levitas, todos los entendidos en instrumentos de m&#250;sica. 13Tambi&#233;n velaban sobre los cargadores, y eran mayordomos de los que se ocupaban en cualquier clase de obra; y de los levitas hab&#237;a escribas, gobernadores y porteros.</div><div class="p"> 14Y al sacar el dinero que hab&#237;a sido tra&#237;do a la casa de Jehov&#225;, el sacerdote Hilc&#237;as hall&#243; el libro de la ley de Jehov&#225; dada por medio de Mois&#233;s. 15Y dando cuenta Hilc&#237;as, dijo al escriba Saf&#225;n: Yo he hallado el libro de la ley en la casa de Jehov&#225;. Y dio Hilc&#237;as el libro a Saf&#225;n. 16Y Saf&#225;n lo llev&#243; al rey, y le cont&#243; el asunto, diciendo: Tus siervos han cumplido todo lo que les fue encomendado. 17Han reunido el dinero que se hall&#243; en la casa de Jehov&#225;, y lo han entregado en mano de los encargados, y en mano de los que hacen la obra. 18Adem&#225;s de esto, declar&#243; el escriba Saf&#225;n al rey, diciendo: El sacerdote Hilc&#237;as me dio un libro. Y ley&#243; Saf&#225;n en &#233;l delante del rey.</div><div class="p"> 19Luego que el rey oy&#243; las palabras de la ley, rasg&#243; sus vestidos; 20y mand&#243; a Hilc&#237;as y a Ahicam hijo de Saf&#225;n, y a Abd&#243;n hijo de Mica&#237;a, y a Saf&#225;n escriba, y a Asa&#237;as siervo del rey, diciendo: 21Andad, consultad a Jehov&#225; por m&#237; y por el remanente de Israel y de Jud&#225; acerca de las palabras del libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehov&#225; que ha ca&#237;do sobre nosotros, por cuanto nuestros padres no guardaron la palabra de Jehov&#225;, para hacer conforme a todo lo que est&#225; escrito en este libro.</div><div class="p"> 22Entonces Hilc&#237;as y los del rey fueron a Hulda profetisa, mujer de Salum hijo de Ticva, hijo de Harhas, guarda de las vestiduras, la cual moraba en Jerusal&#233;n en el segundo barrio, y le dijeron las palabras antes dichas. 23Y ella respondi&#243;: Jehov&#225; Dios de Israel ha dicho as&#237;: Decid al var&#243;n que os ha enviado a m&#237;, que as&#237; ha dicho Jehov&#225;: 24He aqu&#237; yo traigo mal sobre este lugar, y sobre los moradores de &#233;l, todas las maldiciones que est&#225;n escritas en el libro que leyeron delante del rey de Jud&#225;; 25por cuanto me han dejado, y han ofrecido sacrificios a dioses ajenos, provoc&#225;ndome a ira con todas las obras de sus manos; por tanto, se derramar&#225; mi ira sobre este lugar, y no se apagar&#225;. 26Mas al rey de Jud&#225;, que os ha enviado a consultar a Jehov&#225;, as&#237; le dir&#233;is: Jehov&#225; el Dios de Israel ha dicho as&#237;: Por cuanto o&#237;ste las palabras del libro, 27y tu coraz&#243;n se conmovi&#243;, y te humillaste delante de Dios al o&#237;r sus palabras sobre este lugar y sobre sus moradores, y te humillaste delante de m&#237;, y rasgaste tus vestidos y lloraste en mi presencia, yo tambi&#233;n te he o&#237;do, dice Jehov&#225;. 28He aqu&#237; que yo te recoger&#233; con tus padres, y ser&#225;s recogido en tu sepulcro en paz, y tus ojos no ver&#225;n todo el mal que yo traigo sobre este lugar y sobre los moradores de &#233;l. Y ellos refirieron al rey la respuesta.</div><div class="p"> 29Entonces el rey envi&#243; y reuni&#243; a todos los ancianos de Jud&#225; y de Jerusal&#233;n. 30Y subi&#243; el rey a la casa de Jehov&#225;, y con &#233;l todos los varones de Jud&#225;, y los moradores de Jerusal&#233;n, los sacerdotes, los levitas y todo el pueblo, desde el mayor hasta el m&#225;s peque&#241;o; y ley&#243; a o&#237;dos de ellos todas las palabras del libro del pacto que hab&#237;a sido hallado en la casa de Jehov&#225;. 31Y estando el rey en pie en su sitio, hizo delante de Jehov&#225; pacto de caminar en pos de Jehov&#225; y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su coraz&#243;n y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. 32E hizo que se obligaran a ello todos los que estaban en Jerusal&#233;n y en Benjam&#237;n; y los moradores de Jerusal&#233;n hicieron conforme al pacto de Dios, del Dios de sus padres. 33Y quit&#243; Jos&#237;as todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel, e hizo que todos los que se hallaban en Israel sirviesen a Jehov&#225; su Dios. No se apartaron de en pos de Jehov&#225; el Dios de sus padres, todo el tiempo que &#233;l vivi&#243;.</div>
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 <div class="chapter ch79" data-usfm="PSA.79">
 <div class="label">79</div><div class="s">Lamento por la destrucci&#243;n de Jerusal&#233;n</div><div class="d">Salmo de Asaf.</div><div class="q"> 1Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad;</div><div class="q">Han profanado tu santo templo;</div><div class="q">Redujeron a Jerusal&#233;n a escombros.#2 R. 25.8-10; 2 Cr. 36.17-19; Jer. 52.12-14.</div><div class="q"> 2Dieron los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos,</div><div class="q">La carne de tus santos a las bestias de la tierra.</div><div class="q"> 3Derramaron su sangre como agua en los alrededores de Jerusal&#233;n,</div><div class="q">Y no hubo quien los enterrase.</div><div class="q"> 4Somos afrentados de nuestros vecinos,</div><div class="q">Escarnecidos y burlados de los que est&#225;n en nuestros alrededores.</div><div class="b"></div><div class="q"> 5&#191;Hasta cu&#225;ndo, oh Jehov&#225;? &#191;Estar&#225;s airado para siempre?</div><div class="q">&#191;Arder&#225; como fuego tu celo?</div><div class="q"> 6Derrama tu ira sobre las naciones que no te conocen,</div><div class="q">Y sobre los reinos que no invocan tu nombre.</div><div class="q"> 7Porque han consumido a Jacob,</div><div class="q">Y su morada han asolado.</div><div class="b"></div><div class="q"> 8No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados;</div><div class="q">Vengan pronto tus misericordias a encontrarnos,</div><div class="q">Porque estamos muy abatidos.</div><div class="q"> 9Ay&#250;danos, oh Dios de nuestra salvaci&#243;n, por la gloria de tu nombre;</div><div class="q">Y l&#237;branos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.</div><div class="q"> 10Porque dir&#225;n las gentes: &#191;D&#243;nde est&#225; su Dios?</div><div class="q">Sea notoria en las gentes, delante de nuestros ojos,</div><div class="q">La venganza de la sangre de tus siervos que fue derramada.</div><div class="b"></div><div class="q"> 11Llegue delante de ti el gemido de los presos;</div><div class="q">Conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los sentenciados a muerte,</div><div class="q"> 12Y devuelve a nuestros vecinos en su seno siete tantos</div><div class="q">De su infamia, con que te han deshonrado, oh Jehov&#225;.</div><div class="q"> 13Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado,</div><div class="q">Te alabaremos para siempre;</div><div class="q">De generaci&#243;n en generaci&#243;n cantaremos tus alabanzas.</div>
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