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La relación más importante

David y Saúl fueron dos grandes hombres de Dios, pero con diferentes prioridades; y esto marcó la diferencia entre ambos. Cuando Saúl cometió un error lo primero que trató de salvar fue su reputación, pidiéndole a Dios que lo siguiera reconociendo delante del pueblo y los sacerdotes. David, en cambio, cuando cometió un error lo primero que trató de rescatar fue su relación con el Señor, pidiéndole que no se alejara de él. Nada debería importarnos más que nuestra relación con nuestro Padre.

Todo lo que pensamos, decimos y hacemos tiene que ir enfocado en agradar a Dios. No existe relación más importante en nuestra vida que la que tenemos con Él. Debemos honrar ese deseo que tiene el Espíritu Santo de estar con nosotros y la mejor manera de hacerlo es actuando correctamente. Hagamos todo lo necesario para que cada día disfrute más de nuestra compañía.