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Una Sacudida de Gozo

Devocionales Diarios con Greg Laurie

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¿Cómo Puedo Confiar en Dios?

Filosofías espiritistas a la luz de la palabra

Navidad: El Camino Hacia El Pesebre. Calendario De Adviento.

Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkLUK">
 <div class="chapter ch13" data-usfm="LUK.13">
 <div class="label">13</div><div class="s">Arrepent&#237;os o perecer&#233;is</div><div class="p"> 1En este mismo tiempo estaban all&#237; algunos que le contaban acerca de los galileos cuya sangre Pilato hab&#237;a mezclado con los sacrificios de ellos. 2Respondiendo Jes&#250;s, les dijo: &#191;Pens&#225;is que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran m&#225;s pecadores que todos los galileos? 3Os digo: No; antes si no os arrepent&#237;s, todos perecer&#233;is igualmente. 4O aquellos dieciocho sobre los cuales cay&#243; la torre en Silo&#233;, y los mat&#243;, &#191;pens&#225;is que eran m&#225;s culpables que todos los hombres que habitan en Jerusal&#233;n? 5Os digo: No; antes si no os arrepent&#237;s, todos perecer&#233;is igualmente.</div><div class="s">Par&#225;bola de la higuera est&#233;ril</div><div class="p"> 6Dijo tambi&#233;n esta par&#225;bola: Ten&#237;a un hombre una higuera plantada en su vi&#241;a, y vino a buscar fruto en ella, y no lo hall&#243;. 7Y dijo al vi&#241;ador: He aqu&#237;, hace tres a&#241;os que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; c&#243;rtala; &#191;para qu&#233; inutiliza tambi&#233;n la tierra? 8&#201;l entonces, respondiendo, le dijo: Se&#241;or, d&#233;jala todav&#237;a este a&#241;o, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. 9Y si diere fruto, bien; y si no, la cortar&#225;s despu&#233;s.</div><div class="s">Jes&#250;s sana a una mujer en el d&#237;a de reposo</div><div class="p"> 10Ense&#241;aba Jes&#250;s en una sinagoga en el d&#237;a de reposo;#13.10 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. 11y hab&#237;a all&#237; una mujer que desde hac&#237;a dieciocho a&#241;os ten&#237;a esp&#237;ritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se pod&#237;a enderezar. 12Cuando Jes&#250;s la vio, la llam&#243; y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. 13Y puso las manos sobre ella; y ella se enderez&#243; luego, y glorificaba a Dios. 14Pero el principal de la sinagoga, enojado de que Jes&#250;s hubiese sanado en el d&#237;a de reposo,#13.14 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. dijo a la gente: Seis d&#237;as hay en que se debe trabajar; en estos, pues, venid y sed sanados, y no en d&#237;a de reposo.#Ex. 20.9-10; Dt. 5.13-14. 15Entonces el Se&#241;or le respondi&#243; y dijo: Hip&#243;crita, cada uno de vosotros &#191;no desata en el d&#237;a de reposo#13.15 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? 16Y a esta hija de Abraham, que Satan&#225;s hab&#237;a atado dieciocho a&#241;os, &#191;no se le deb&#237;a desatar de esta ligadura en el d&#237;a de reposo?#13.16 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. 17Al decir &#233;l estas cosas, se avergonzaban todos sus adversarios; pero todo el pueblo se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por &#233;l.</div><div class="s">Par&#225;bola de la semilla de mostaza</div><div class="r">(Mt. 13.31-32; Mr. 4.30-32)</div><div class="p"> 18Y dijo: &#191;A qu&#233; es semejante el reino de Dios, y con qu&#233; lo comparar&#233;? 19Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tom&#243; y sembr&#243; en su huerto; y creci&#243;, y se hizo &#225;rbol grande, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.</div><div class="s">Par&#225;bola de la levadura</div><div class="r">(Mt. 13.33)</div><div class="p"> 20Y volvi&#243; a decir: &#191;A qu&#233; comparar&#233; el reino de Dios? 21Es semejante a la levadura, que una mujer tom&#243; y escondi&#243; en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado.</div><div class="s">La puerta estrecha</div><div class="r">(Mt. 7.13-14,21-23)</div><div class="p"> 22Pasaba Jes&#250;s por ciudades y aldeas, ense&#241;ando, y encamin&#225;ndose a Jerusal&#233;n. 23Y alguien le dijo: Se&#241;or, &#191;son pocos los que se salvan? Y &#233;l les dijo: 24Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurar&#225;n entrar, y no podr&#225;n. 25Despu&#233;s que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empec&#233;is a llamar a la puerta, diciendo: Se&#241;or, Se&#241;or, &#225;brenos, &#233;l respondiendo os dir&#225;: No s&#233; de d&#243;nde sois. 26Entonces comenzar&#233;is a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas ense&#241;aste. 27Pero os dir&#225;: Os digo que no s&#233; de d&#243;nde sois; apartaos de m&#237; todos vosotros, hacedores de maldad.#Sal. 6.8. 28All&#237; ser&#225; el llanto y el crujir de dientes,#Mt. 22.13; 25.30. cuando ve&#225;is a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros est&#233;is excluidos. 29Porque vendr&#225;n del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentar&#225;n a la mesa en el reino de Dios.#Mt. 8.11-12. 30Y he aqu&#237;, hay postreros que ser&#225;n primeros, y primeros que ser&#225;n postreros.#Mt. 19.30; 20.16; Mr. 10.31.</div><div class="s">Lamento de Jes&#250;s sobre Jerusal&#233;n</div><div class="r">(Mt. 23.37-39)</div><div class="p"> 31Aquel mismo d&#237;a llegaron unos fariseos, dici&#233;ndole: Sal, y vete de aqu&#237;, porque Herodes te quiere matar. 32Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra: He aqu&#237;, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y ma&#241;ana, y al tercer d&#237;a termino mi obra. 33Sin embargo, es necesario que hoy y ma&#241;ana y pasado ma&#241;ana siga mi camino; porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusal&#233;n. 34&#161;Jerusal&#233;n, Jerusal&#233;n, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! &#161;Cu&#225;ntas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! 35He aqu&#237;, vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me ver&#233;is, hasta que llegue el tiempo en que dig&#225;is: Bendito el que viene en nombre del Se&#241;or.#Sal. 118.26.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="chapter ch14" data-usfm="LUK.14">
 <div class="label">14</div><div class="s">Jes&#250;s sana a un hidr&#243;pico</div><div class="p"> 1Aconteci&#243; un d&#237;a de reposo,#14.1 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. que habiendo entrado para comer en casa de un gobernante, que era fariseo, estos le acechaban. 2Y he aqu&#237; estaba delante de &#233;l un hombre hidr&#243;pico. 3Entonces Jes&#250;s habl&#243; a los int&#233;rpretes de la ley y a los fariseos, diciendo: &#191;Es l&#237;cito sanar en el d&#237;a de reposo?#14.3 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. 4Mas ellos callaron. Y &#233;l, tom&#225;ndole, le san&#243;, y le despidi&#243;. 5Y dirigi&#233;ndose a ellos, dijo: &#191;Qui&#233;n de vosotros, si su asno o su buey cae en alg&#250;n pozo, no lo sacar&#225; inmediatamente, aunque sea en d&#237;a de reposo?#14.5 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado.,#Mt. 12.11. 6Y no le pod&#237;an replicar a estas cosas.</div><div class="s">Los convidados a las bodas</div><div class="p"> 7Observando c&#243;mo escog&#237;an los primeros asientos a la mesa, refiri&#243; a los convidados una par&#225;bola, dici&#233;ndoles: 8Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro m&#225;s distinguido que t&#250; est&#233; convidado por &#233;l, 9y viniendo el que te convid&#243; a ti y a &#233;l, te diga: Da lugar a este; y entonces comiences con verg&#252;enza a ocupar el &#250;ltimo lugar. 10Mas cuando fueres convidado, ve y si&#233;ntate en el &#250;ltimo lugar, para que cuando venga el que te convid&#243;, te diga: Amigo, sube m&#225;s arriba; entonces tendr&#225;s gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa.#Pr. 25.6-7. 11Porque cualquiera que se enaltece, ser&#225; humillado; y el que se humilla, ser&#225; enaltecido.#Mt. 23.12; Lc. 18.14.</div><div class="p"> 12Dijo tambi&#233;n al que le hab&#237;a convidado: Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos; no sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar, y seas recompensado. 13Mas cuando hagas banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos; 14y ser&#225;s bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te ser&#225; recompensado en la resurrecci&#243;n de los justos.</div><div class="s">Par&#225;bola de la gran cena</div><div class="p"> 15Oyendo esto uno de los que estaban sentados con &#233;l a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios. 16Entonces Jes&#250;s le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convid&#243; a muchos. 17Y a la hora de la cena envi&#243; a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo est&#225; preparado. 18Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses. 19Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego que me excuses. 20Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir. 21Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su se&#241;or. Entonces enojado el padre de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae ac&#225; a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. 22Y dijo el siervo: Se&#241;or, se ha hecho como mandaste, y a&#250;n hay lugar. 23Dijo el se&#241;or al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fu&#233;rzalos a entrar, para que se llene mi casa. 24Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron convidados, gustar&#225; mi cena.</div><div class="s">Lo que cuesta seguir a Cristo</div><div class="p"> 25Grandes multitudes iban con &#233;l; y volvi&#233;ndose, les dijo: 26Si alguno viene a m&#237;, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun tambi&#233;n su propia vida, no puede ser mi disc&#237;pulo.#Mt. 10.37. 27Y el que no lleva su cruz y viene en pos de m&#237;, no puede ser mi disc&#237;pulo.#Mt. 10.38; 16.24; Mr. 8.34; Lc. 9.23. 28Porque &#191;qui&#233;n de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? 29No sea que despu&#233;s que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de &#233;l, 30diciendo: Este hombre comenz&#243; a edificar, y no pudo acabar. 31&#191;O qu&#233; rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra &#233;l con veinte mil? 32Y si no puede, cuando el otro est&#225; todav&#237;a lejos, le env&#237;a una embajada y le pide condiciones de paz. 33As&#237;, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi disc&#237;pulo.</div><div class="s">Cuando la sal pierde su sabor</div><div class="r">(Mt. 5.13; Mr. 9.50)</div><div class="p"> 34Buena es la sal; mas si la sal se hiciere ins&#237;pida, &#191;con qu&#233; se sazonar&#225;? 35Ni para la tierra ni para el muladar es &#250;til; la arrojan fuera. El que tiene o&#237;dos para o&#237;r, oiga.</div>
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 <div class="book bkTIT">
 <div class="chapter ch1" data-usfm="TIT.1">
 <div class="label">1</div><div class="s">Salutaci&#243;n</div><div class="p"> 1Pablo, siervo de Dios y ap&#243;stol de Jesucristo, conforme a la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es seg&#250;n la piedad, 2en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometi&#243; desde antes del principio de los siglos, 3y a su debido tiempo manifest&#243; su palabra por medio de la predicaci&#243;n que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador, 4a Tito,#2 Co. 8.23; G&#225;. 2.3; 2 Ti. 4.10. verdadero hijo en la com&#250;n fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios Padre y del Se&#241;or Jesucristo nuestro Salvador.</div><div class="s">Requisitos de ancianos y obispos</div><div class="p"> 5Por esta causa te dej&#233; en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, as&#237; como yo te mand&#233;; 6el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no est&#233;n acusados de disoluci&#243;n ni de rebeld&#237;a. 7Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, 8sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, due&#241;o de s&#237; mismo, 9retenedor de la palabra fiel tal como ha sido ense&#241;ada, para que tambi&#233;n pueda exhortar con sana ense&#241;anza y convencer a los que contradicen.#1 Ti. 3.2-7. 10Porque hay a&#250;n muchos contumaces, habladores de vanidades y enga&#241;adores, mayormente los de la circuncisi&#243;n, 11a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, ense&#241;ando por ganancia deshonesta lo que no conviene. 12Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses, siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos. 13Este testimonio es verdadero; por tanto, repr&#233;ndelos duramente, para que sean sanos en la fe, 14no atendiendo a f&#225;bulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad. 15Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incr&#233;dulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia est&#225;n corrompidas. 16Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra.</div>
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 <div class="book bkTIT">
 <div class="chapter ch2" data-usfm="TIT.2">
 <div class="label">2</div><div class="s">Ense&#241;anza de la sana doctrina</div><div class="p"> 1Pero t&#250; habla lo que est&#225; de acuerdo con la sana doctrina. 2Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. 3Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4que ense&#241;en a las mujeres j&#243;venes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. 6Exhorta asimismo a los j&#243;venes a que sean prudentes; 7present&#225;ndote t&#250; en todo como ejemplo de buenas obras; en la ense&#241;anza mostrando integridad, seriedad, 8palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se averg&#252;ence, y no tenga nada malo que decir de vosotros. 9Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos, que agraden en todo, que no sean respondones; 10no defraudando, sino mostr&#225;ndose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.</div><div class="p"> 11Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvaci&#243;n a todos los hombres, 12ense&#241;&#225;ndonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, 13aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestaci&#243;n gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, 14quien se dio a s&#237; mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad#Sal. 130.8. y purificar para s&#237; un pueblo propio,#Ex. 19.5; Dt. 4.20; 7.6; 14.2; 26.18; 1 P. 2.9. celoso de buenas obras.</div><div class="p"> 15Esto habla, y exhorta y reprende con toda autoridad. Nadie te menosprecie.</div>
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