VibrasEjemplo

 ¿Alguna vez has sido muy duro contigo mismo? Tal vez no obtuviste la calificación que querías, tuviste una mala racha en el ensayo o te diste por vencido en un proyecto de grupo. Sea lo que sea, tendemos a ser nuestros críticos más duros.

 Esto puede explicar por qué nos puede resultar difícil pensar que Dios nos ha perdonado, cuando no nos hemos perdonado a nosotros mismos por algo. Porque si estamos decepcionados por cómo actuamos, Dios debe estar REALMENTE decepcionado. Pero aquí está el punto: Dios no quiere hacerte sentir mal. ¿Por qué? Porque sentirnos mal no nos hace vivir mejor. No nos convierte en la clase de personas que Él quiere que seamos. Quiere que sepamos que fuimos hechos para algo mejor que el pecado. Entonces, cuando nos equivocamos, Él no nos está negando con la cabeza, queriendo que nos sintamos culpables. Nos invita a conocer algo mejor que la culpa y eso es la libertad.