Venciendo al DestructorMuestra

Quinto Asalto - Venciendo 

A lo largo de este plan, hemos conocido las más comunes estrategias de lucha contra el “destructor”; y como en cualquier boxeo, es bueno saber que no necesitamos de doce asaltos para dar por terminada la pelea.

En este quinto asalto, determina vencer y tirar a la lona a tu contrincante. Seguramente, luego de esta acalorada lucha, él esté determinado también en acabar esta pelea aquí. ¿Como lo hará? El buscará distraerte para lanzarte un final golpe “destructor.”

Tu adversario, no sólo busca vencerte, el desea que pierdas la corona. Hoy debes poner tu mirada en el galardón; por lo que es importante evitar las distracciones. Luego de estos días ya debes haber entendido contra quien estás peleando. Invertir tu tiempo y energías en pelear contra cualquier otra cosa será inútil y sólo te consumirá espiritualmente. O sea, para que puedas subir al cuadrilátero legítimamente cada vez que sea necesario, y lograr vencer, deberás hacerlo contra el contrincante correcto o estarás peleando una batalla inútil; estarás dando golpes al aire. 

Una de las estrategias más dinámicas y contundentes del adversario es precisamente lograr que creas que luchas contra las personas que te rodean; aquellas que puedes ver. Entiende que no te ha capacitado tu entrenador a pelear contra tu familia, cónyuge, hijos, vecinos, hermanos en la fe o contra tu jefe. Quien te está incitando diariamente a la pelea es el “destructor” y debes determinarte en vencerle a él. No puedes olvidar, que siempre lucharás contra el mismo contrincante, pero que cambiará hábilmente su atuendo. 

La mejor forma de obtener tu victoria, es abstenerte de estas batallas inútiles, deja de golpear al aire, primeramente golpeándote a ti mismo absteniéndote de inútiles entretenimientos de luchas contra el viento. No ganarás, no obtendrás tu corona, si no peleas contra el adversario correcto.Enfócate en el galardón, pon tu mirada en la corona y recuerda que te espera un lugar de victoria para el que ya fuiste creado y que tu adversario, ni con todas las peleas del mundo, ni con sus hábiles estrategias podrá alcanzar jamás. Él nunca tendrá la oportunidad de obtener la corona; la perdió desde el principio.

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