[Visión 2020] Victoria en nuestras batallasMuestra

Confianza en la providencia de Dios

Cuando hablamos de la providencia de Dios, nos referimos a recibir algo de una manera que no esperamos. Cuando la respuesta viene de una manera sobrenatural, sabemos que el amor de Dios es la única razón detrás de ella. ¿Podemos confiar en la providencia de Dios?

En la batalla de Brooklyn, durante la Revolución Americana, los británicos estaban tratando de poner a los estadounidenses de nuevo de su lado. Había 32 000 fuerzas británicas que venían de Long Island a Brooklyn en tres frentes diferentes contra las 19 000 fuerzas del Ejército Continental dirigidas por George Washington. Los americanos comenzaron a retirarse, y los británicos decidieron pasar el resto de la tarde cavando trincheras para que Washington no pudiera escapar. Sus naves rodearon la bahía para atraparlo en el medio.

Dios, en su providencia, ayudó a los americanos. Ese día no hubo viento. Los barcos británicos no podían navegar para rodear la bahía. Entonces, Washington decidió sacar a sus soldados de Brooklyn cruzando el río al noreste de Manhattan. Se transportaron toda la noche para sacar a los hombres de la isla, pero llegó la mañana y no todos sus hombres habían cruzado el río. Era una aniquilación segura, excepto por el hecho de que una espesa niebla cayó sobre Brooklyn ese día y los británicos tuvieron que esperar. Esto le dio a Washington suficiente tiempo para llevar a su ejército a Manhattan y dirigirse al norte. Sorprendentemente, los EE. UU. se destacan hoy en día como un país libre porque en un día en particular no había viento y los cubrió una espesa niebla.

La providencia de Dios está en todas partes. Seguramente podemos confiar en él para pelear nuestras batallas. Nunca se sabe por qué el viento no sopla hoy, y por qué de repente su vida se ha vuelto un poco nublada.

Si obtenemos su perspectiva, jugamos nuestra posición, reconocemos quiénes somos en Cristo, nos llenamos de su presencia, dejamos que nuestra alabanza salga y creemos en la obra terminada de Jesús en la cruz y en la providencia de Dios, podemos estar seguros de que la victoria es nuestra. Tal vez no nos hagamos más ricos ni más famosos, pero saldremos victoriosos en las cosas que importan a ambos lados del cielo.

Oremos, «Señor, aunque no sabemos cómo nos vas a sacar adelante, seguramente veremos tu victoria».

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