Anclado a Tus promesas en medio de la cuarentenaMuestra

Su Palabra dice que soy buen terreno

La Palabra de Dios es poderosa, viva y eficaz; es el mismo aliento de Dios que produce vida y cumple el propósito por el que fue enviado. Todos podemos acordar que la Palabra de Dios le hace muy bien a todo ser humano; pero es nuestra decisión recibirla, creerla y aplicarla.

En la parábola del sembrador, Jesús comparó Su Palabra con una semilla que cae en distintos tipos de terrenos:

• Junto al camino: Representa a las personas que oyen la Palabra, pero que, por no entenderla, el maligno la arrebata de sus corazones.
• Entre piedras: Son los que reciben la Palabra con alegría, pero que cuando vienen problemas, en seguida se apartan de la Palabra porque no tienen raíces.
• Ahogada entre los espinos: Representa a las personas que oyen la Palabra, pero a quienes las preocupaciones de la vida y el engaño de las riquezas le ahogan de modo que no pueden llegar a dar frutos.
• En buen terreno: Estos son los que oyen la Palabra; la entienden, la aplican y llegan a dar mucho fruto. ¡Obtienen extraordinarios resultados!

Jesús enseñó que para ser un buen terreno la clave es: “Oír la Palabra, entenderla, aplicarla y dar fruto”. ¡La Fe viene por el oír la Palabra de Dios!

El Salmo 1:1-2 dice que el hombre que no escucha los consejos de los malvados, sino que se deleita de día y noche en la Palabra de Dios es feliz. A quienes nuestros oídos presten atención se dirigirá nuestra voluntad. Nuestra obediencia ejecutará la Palabra que hemos creído. La garantía de que seremos prosperados y bendecidos en medio de esta cuarentena o de cualquier momento difícil es Su Presencia, vivir anclados siempre a Su Palabra. Dios prometió que, si guardamos Su Palabra, Él hará prosperar nuestro camino y que todo nos saldrá bien. 

¿Qué tipo de terreno eres? Sin lugar a dudas, yo quiero y decido ser un buen terreno. Está en nosotros decidir si queremos oír, entender, aplicar Su Palabra y dar fruto. También está en nosotros escoger con qué tipo de personas queremos rodearnos. ¿A quién le prestaremos oído? ¿A quién estamos escuchando en estos días? ¿Quién está influenciando nuestros pensamientos? ¿Los medios de comunicación, las redes sociales, las personas que siempre tienen algo negativo para decirnos, o la poderosa, siempre viva y eficaz Palabra de Dios? 

Qué Sus promesas sean el ancla que mantendrá tu barca segura a pesar de los vientos, mareas y tormentas que enfrentarás en tu vida. En esta pandemia, ¡permaneceremos anclados en Sus promesas!