Finanzas Bíblicas: Cambia Tu y Cambiarán Tus FinanzasMuestra
¿Amas el dinero?
1 Timoteo 6:10
Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores.
La enseñanza más directa y conocida de este versículo es que el problema con el dinero no es tenerlo, incluso en abundancia, sino amarlo. Y para muchos, esto es todo lo que dicho pasaje enseña. No obstante, hay otras enseñanzas que valdría la pena revisar.
Es interesante que Pablo indique que hay personas llegan a desarrollar una relación emocional con el dinero. Lo llegan a “amar”. Y sabemos que el amor implica lealtad. De esta forma, cuando llegamos a amar el dinero le somos leales. Y ahí radica el problema, que serle leal al dinero conllevará que seamos desleales a Dios.
Eso es precisamente lo que Jesús enseñó en Mateo 6:24, “Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o apreciará a uno y despreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas.” Esto es consistente con la conocida parábola del sembrador en la que Jesús explica: “22 Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, este es el que oye la palabra, pero las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto.” (Mateo 13:22)
Que lamentable que “el engaño de las riquezas ahoga la Palabra”. Que triste es la situación de aquel que, habiendo escuchado el Evangelio de salvación, le sea más leal a las posesiones materiales de este mundo, produciendo con el “extravío de la fe” que Pablo menciona en 1 Tim. 6:10. Y es que el dinero “engaña” al ser humano. Le dice le dará plenitud, satisfacción, significado y propósito. El dinero promete mucho, pero cumple poco. He ahí su engaño.
Los que dejan que su corazón sea seducido por el amor al dinero, no sólo se exponen a un “extravío de la fe” sino, a una tortura de “muchos dolores”. Son muchas las personas afligidas que, por tener más dinero, fracturaron sus familias, descuidaron sus hijos, traicionaron amistades, maltrataron buenos empleados y hasta descuidaron su salud. Tienen dinero, pero carecen de otras riquezas de la vida.
Pero el mayor problema con esta condición espiritual del amor al dinero es que la mayoría de la gente que padece de ella, lo ignora. Es uno de esos pecados que son muy notorios cuando los tienen otros. Muchos pastores y consejeros han testificado que nunca han escuchado una confesión de alguien que se arrepienta de haber amado el dinero. Es una realidad preocupante.
Cómo forma de evaluarnos, ¿cuáles serían las señales de que alguien ama el dinero? A continuación, algunas preguntas de evaluación. Pidamos a nuestro Señor que nos revele nuestra condición:
- ¿Has pecado o estás dispuesto a pecar por tener más dinero?
- ¿Te resientes cuando otra persona tiene más que tu? ¿La envidias? ¿O te alegras?
- ¿Eres una persona contenta con lo que tienes? ¿O la queja es frecuente en ti?
- ¿Te cuesta dar a otros? Sobretodo a aquellos que no te puede corresponder?
- ¿En algún momento has pensado que si tuvieras más dinero fueras más feliz?
Escrituras
Acerca de este Plan
Cuando nuestras decisiones financieras nos conducen por el camino del déficit recurrente y la acumulación de deuda, no estamos enfrentando solamente un problema financiero, sino uno de carácter. Si queremos cambiar nuestras finanzas, tendremos que cambiar nuestra forma de ser.
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Nos gustaría agradecer a HarperCollins/Zondervan/Thomas Nelson por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://bit.ly/2X77mX1