7 Señales de caminar en el Espíritu SantoMuestra

Cuando el Espíritu Santo vino sobre Saúl, el temor de Dios vino sobre Su pueblo. Su acción valiente de matar a su buey envió un fuerte mensaje, pero no los asustó. Les trajo temor de Dios sobre ellos. Si Saúl hubiera sido malo y cruel, habrían tenido miedo de él. En vez de eso, la acción de audacia, inspirada por el Espíritu Santo, trajo temor de Dios e inspiración a Su pueblo. La gente comenzó a temer a Dios, no a temer a su líder.

Cuando la gente teme a los líderes, es una señal que ese líder no está caminando en el Espíritu Santo. Cuando caminamos en el Espíritu Santo, se desarrolla un temor de Dios, no miedo al líder.

El Espíritu Santo provoca que la gente camine en temor de Dios, no con miedo al hombre. Temer a Dios no es lo mismo que tener miedo de Dios. En vez de eso, el temor de Dios nos provoca el correr a Él y alejarnos del pecado; pero sentirnos intimidados por Dios nos hace correr y escondernos. El temor de dios es tener asombro, reverencia y un gran respeto por Él, teniendo estima y admiración extrema por Él.

Tristemente, hoy vivimos en una generación donde muchos creyentes dicen que tienen una relación con Dios, pero les falta veneración , y hasta usan Su nombre en vano. Descuidar ser lleno del Espíritu Santo resulta en no tener asombro y sorpresa de la presencia de Dios.

Después de la desobediencia de Saúl, el Esíritu de Dios lo dejó. Ahora, en vez de temer a Dios, la gente le teme a su rey. ¿Y adivina qué? Saúl tuvo miedo de la gente también. De hecho, luego de su desobediencia a Dios, las decisiones que hizo se basaron en su miedo al pueblo. Cuando estuvo lleno del Espíritu Santo, no temía lo que el hombre pensaba o decía de él porque estaba enfocado en Dios. Pero cuando sacó su foco de Dios, se preocupó y fue gobernado por lo que otros pensaban de él. El temor al hombre condujo a Saúl a tratar de agradarles. Su foco había cambiado y perdió de vista a Dios.

Vivir lleno del Espíritu Santo es el temor de Dios operando en nosotros, lo que nos libera del temor a los hombres. En vez de temer a la gente, empezamos a amarlos, valorarlos y liderarlos.

Oremos juntos.

Espíritu Santo, reemplaza la ansiedad dentro de mí por mayor confianza en Ti.