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Tu contexto no limita tu alcance

Quisiera preguntarte cuál es tu contexto actual. Puede que tu respuesta tenga que ver con estar desempleado, en medio de un divorcio, o en una comunidad con escasos recursos. Entonces, ¿vas a dejar que ese contexto limite tu alcance?

Vemos a Pablo encadenado una vez más, limitado físicamente, en un entorno doloroso. Pero él no permite que eso lo limite, sino que, estando en la cárcel, decide usar el tiempo para escribir cartas a los Efesios, a los Filipenses y a los Colosenses. 

¿Eres prisionero de tu dolor o eres prisionero de Cristo? 

Cuando entiendas que tu vida no se trata de ti, tu contexto no podrá limitar tu alcance. Vives para un propósito mucho mayor que la situación que tienes delante. No se trata de lo que nos rodea. José era esclavo, un prisionero acusado falsamente, y aun así tuvo una actitud que entendía que todo sirve. Pablo, encadenado y limitado, les recuerda a los Filipenses y a nosotros que la situación que atraviesa contribuye al evangelio.

¿Estás permitiendo que tu contexto limite tu alcance? Quiero decirte que Dios tiene un propósito para tu vida, él te quiere usar para marcar una diferencia. ¿Vas a permitir que tu dolor, el engaño que viviste o tu código postal estanquen y limiten tu fe?

Si Dios usó a un esclavo, un prisionero, un drogadicto, un divorciado, una prostituta, un cobrador de impuestos y un asesino, tu mayor dolor se puede transformar en tu mayor plataforma. 

Todo sirve. La situación que estás viviendo te puede catapultar al propósito que Dios tiene para tu vida. Enfoca tus ojos en la perspectiva correcta para ver cómo el creador del mundo ordena las piezas que te posicionan en el lugar y el tiempo correcto de tu propósito.