Objetivos EspiritualesMuestra

 ¡Corre [tu carrera de fe] de tal manera que puedas apoderarte del premio y hacerlo tuyo! Ustedes saben que, en una carrera, no todos ganan el premio, sino uno solo, pues nuestra vida como seguidores de Cristo, es como una carrera, así que corramos con enfoque para llevarnos el premio eterno" (Mi paráfrasis de 1 Cor 9:24, 1Cr.9:26-27).

Cuán importante consideres tu carrera de la fe, será como determinarás cuánta disciplina y esfuerzo dedicarás a correrla. La biblia nos deja ver que Jesús y sus discípulos estaban orientados a objetivos espirituales. Dios, nuestro Padre Celestial también nos exhorta a tener una vida orientada a objetivos espirituales.

A partir de los anteriores pasajes bíblicos puedes descubrir que existe una estrecha conexión entre una vida orientada con objetivos espirituales y la motivación, plenitud o realización en la vida cristiana. Esto es sorprendente, pues descubrirás que muchas personas de fe, no logran conseguir una motivación adecuada en su caminar diario, debido a que no ven un progreso, o porque no están llevando a cabo algo en el reino de Dios que les defina su identidad.

La pregunta que nos podríamos hacer es la siguiente: Si es bíblico y sus beneficios son eternos, ¿Por qué tantas personas de fe carecen de objetivos espirituales? Lo anterior tendría que ver con la orientación con la que corremos la carrera de fe.

El legalismo vs. La gracia de Dios: Establecer nuestra identidad y aceptación en nuestra capacidad de hacer cosas o en objetivos rígidos, en oportunidades nos llevan a evitar los objetivos espirituales (O por lo menos los altos objetivos) porque descubrimos que los fracasos nos afectan, desaniman y determinan. 

En contraste, una vida orientada en la gracia de Dios, nos libera para unirnos a los propósitos eternos de Dios, porque entendemos que nuestra identidad y aceptación ya están establecidas y seguras a través de la obra de Cristo y no se basan en nuestra capacidad para hacer algo; sino de recibir algo de parte de Cristo. Lo importante es descubrir que aún los fracasos en los objetivos pueden en realidad aumentar nuestra apreciación y dependencia de la gracia de Dios con el fin de no aferrarnos a nuestra autosuficiencia.

Dependencia humilde vs. Autosuficiencia: En Santiago 4:13-16, el autor nos intenta decir que no debemos poner objetivos simplemente por ponerlos (como por cumplir una agenda), lo cual indica un rechazo a poner objetivos en forma autónoma – sin consultar a Dios y sin reconocer de antemano que Dios tiene el derecho a interrumpir nuestros objetivos (agendas).

Lo anterior me lleva a pensar que en algún momento podemos plantearnos objetivos espirituales, pero lo ideal sería buscar su realización con la ayuda de la sabiduría, poder y orientación de parte de Dios. He aquí la importancia de sazonar nuestros planes, metas y objetivos espirituales (y de otras áreas) con la oración, de tal forma que marque dependencia absoluta en Dios y su palabra. Como lo diría el misionero William Carey: “Emprende grandes cosas para Dios; espera grandes cosas de Dios.”

Recuerda: “Corre con enfoque tu carrera de fe de forma tal que obtengas el premio eterno.”

"Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús." Filipenses. 3:13-14.