El poder de la resurrecciónMuestra

El espejo de la justicia propia

Después de que Pablo considera todo como basura, quería ser hallado en Cristo. Pablo quería la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, el poder de resurrección y la participación de sus padecimientos llegando a ser como Cristo en su muerte. Pablo quería ser hallado, encontrado y medido en la nueva vida que poseía en él, sin tener su propia justicia. 

A través de sus escritos, Pablo habla de que solo hay dos maneras de justificarnos delante de Dios. Hay solo dos maneras como Dios puede percibirte, medirte y verte. Es como si existieran dos espejos, uno es el de la justicia propia y el otro el de la justicia de Dios. Cada uno transmite una realidad.

En el primer espejo (la justicia propia) vas a verte reflejado en la manera que cumples los mandamientos de la ley de Dios. Existen como mínimo 613 mandamientos en la ley, cuando no los cumples te presentas delante del espejo de la justicia propia y ves algo horrible. El espejo de la justicia propia no presenta una irrealidad sino la realidad del hombre cuando quiere cumplir con los mandamientos de Dios. Lo que el hombre ve es horrible porque ese espejo presenta los 613 mandamientos todos los días de tu vida y cada vez que fallas te desfiguran. 

Haces lo mejor que puedes para medirte y verte bien pero ese espejo únicamente presenta la verdad de tu propia justicia. Verás el esfuerzo que realizas por comportarte bien y manifiestas aquello de lo que eres merecedor. Ese espejo te dirá si eres aceptado o no delante de Dios, de acuerdo con tu propia justicia. 

En ese espejo todos estamos destinados al fracaso, a estar alejados de Dios y a merecer lo que la ley dice que merecemos: estar muertos en espíritu y sin comunión con él. Es imposible que un hombre cumpla los mandamientos todos los días de su vida, 24 horas al día. La ley declaraba la pena máxima, la muerte. Porque la paga del pecado es la muerte. La ley de Moisés es la ejecutora y es el sistema judicial que va a medirte. 

Reflexionemos

¿Cómo te encuentras frente a tu propia justicia? ¿Sigues intentando en tus fuerzas? ¿Estás listo para ver la otra justicia?