Tesoros EspiritualesMuestra
Jesús dijo que “El reino del cielo era como un tesoro escondido que un hombre descubrió en un campo. En medio de su entusiasmo, lo escondió nuevamente y vendió todas sus posesiones a fin de juntar el dinero suficiente para comprar el campo”.
La generación actual perfila un tipo de persona que entiende y aprende con los ojos y no a través de estos, con el fin de dar lugar al pensamiento y a la reflexión. Dos mil años antes del internet, Netflix, YouTube o cualquier otra red social, Jesús se comunicó a través de las maravillosas imágenes de las parábolas, relatos que evocaban historias, acontecimientos cotidianos que escondían tesoros espirituales que solo podían ser descubiertos a través de los ojos de la conciencia.
El tema de los tesoros era una charla habitual en todas las aldeas del Antiguo Medio Oriente. Desde Alí Babá y los cuarenta ladrones, hasta las fascinantes historias de "Las Mil y Una Noches." Por su parte, los tesoros escondidos, perdidos o encontrados, también formaban parte del quehacer cotidiano en Palestina, la tierra de Jesús. De manera que ninguna persona necesitaba ser convencida de lo bendecido que sería al encontrar o descubrir un tesoro.
El sentido de urgencia que evoca el entusiasmo por vender todas las posesiones que tenía aquel hombre que encontró el tesoro con el fin de comprar el campo donde lo descubrió y luego lo escondió, trasmite la necesidad de que para pertenecer al Reino hay que darlo todo cuanto antes: << ¡Si quieres el tesoro debes decidirte de forma urgente por él!>>, pues la auténtica fe es un llamado a no aferrarnos a nada que nos haya dado algún tipo de placer, valor o identidad terrenal, ningún apego que pueda empujarnos en la dirección equivocada o impedirnos seguir en la dirección correcta. Jesús nos pide que arriesguemos todo esto porque Él nos asegura que es el camino, la verdad y la vida. Al final, por Cristo, siempre dejamos algo atrás, sin mirar atrás.
Ahora bien, si bien es cierto que esta generación escucha con los ojos y piensa con los sentimientos, el estilo de vida que se descubre en Jesucristo, requiere una fe desprovista de emocionalismos superficiales con el fin de “vivir por fe, no por vista”.
Acerca de este Plan
La Biblia posee una fuente inagotable de tesoros espirituales con recompensas aún mayores que los tesoros efímeros y pasajeros que podamos acumular en nuestro paso por este mundo. Los tesoros de la sabiduría, el conocimiento y el discernimiento que nos ofrece Dios, sin duda alguna, son de un valor incalculable a la hora de contar con salidas apropiadas para superar las dificultades propias de la vida.
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Nos gustaría agradecer a Conociendo a Dios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://conectar.conociendoadios.net