Terminando bienMuestra

Tu propósito permanece

“Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae, y todo lo que hace, prosperará” Salmos 1:3 NVI.

Este es el corazón de Dios para nosotros, incluso en nuestra última etapa de la vida. Floreciente. Plantado. Profundamente arraigado. Dando fruto. Su propósito para nosotros desde el principio fue amarlo y, a partir de ese amor, amar intensamente a los demás, dejando tras de nosotros un rico legado de fidelidad y amor. 

Desde las profundas raíces de la Palabra de Dios y tu unión con Él, tu fe es un ejemplo vivo para los demás, un reflejo de Su gloria expresada a través de tu personalidad y dones únicos. Tienes características que han sido desarrolladas por la experiencia y atenuadas por muchas pruebas. Has tenido grandes oportunidades para crecer en compasión y misericordia. La gracia ahora tiene un significado más profundo, el amor es más rico y puedes testificar plenamente de la fidelidad de Dios. Estás haciendo depósitos eternos en un legado duradero de vida y amor. 

Aunque estés encerrado en tu casa, sigues siendo un constructor del Reino. Tu propósito de amar a los demás se vive a través de llamadas telefónicas o mensajes de texto, manteniendo relaciones vivas y saludables, y compartiendo ánimo y verdad. Y la mejor posición que podemos tener como anciano es de rodillas (o en nuestra silla), orando por esta generación y las venideras. 

Las estaciones cambian, pero tu propósito permanece. Pídele a Dios que te ayude a apreciar esta temporada, incluso si no es dónde siempre quisiste estar. En lugar de centrarte en lo que se ha perdido y cambiado, enfócate en lo que puedes hacer, en lo que sítienes. En vez de arrepentirte del pasado, recuerda que Sus misericordias son nuevas cada mañana y ¡despertar es algo bueno! 

¡Todavía estás aquí y Él aún no ha terminado contigo! Pídele a Dios que haga que tu propósito cobre vida para ti. Luego, da un paso adelante con coraje y míralo multiplicar todo lo que te ha dado. 

Desde lo más profundo de Su espíritu, puedes elegir vivir cada día de esta temporada final con fervor, alegría y gran expectativa. 

“No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí" Filipenses 3:12 NVI.

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