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A veces, las elecciones que hacen las personas en tu familia parecen afectar tu vida más que tus propias elecciones. Cuando tu hermana se muda, cuando tu madre decide que tienes que cambiarte de escuela, cuando tu padre se va, cuando tu hermano toma una mala decisión que afecta todo el estado de ánimo en tu casa, sea lo que sea, sus decisiones perturban tu vida. Producen cambios, y estos pueden hacernos sentir inseguros o fuera de control. ¡Afortunadamente, tenemos esta verdad en Hebreos para recordar! No importa qué cambios enfrentemos en nuestra familia, Dios y sus promesas siguen siendo las mismas. Eso es algo en lo que podemos encontrar consuelo. Comparte este versículo con tu familia esta semana, dejando que te recuerde que Dios permanece igual sin importar qué más cambie.