Derriba tus gigantesMuestra

LA PIEDRA DE LA PRIORIDAD

Para David había algo que no era negociable, algo que él cuidaba celosamente y eso era el nombre del Señor; nadie difamaría a su Señor, nadie hablaría mal de su Dios. 

Las palabras de este joven muchacho fueron “Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, a quien tú has provocado”. 

Hay una gran indiferencia hacia la soberanía de Dios en nuestros días. Cada vez se busca menos al Señor en oración. Dios todo lo puede, todo lo sabe, está en todas partes al mismo tiempo, por lo tanto es soberano. Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, lo primero que hizo fue enseñarles a honrar a Dios: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre”.

Dale honor al Señor, dale gloria y dile cuanto lo amas. Nuestra prioridad tiene que ser el Señor.

David habla todo el tiempo de Dios, siempre se corre de la escena para que aparezca el Señor; David es un especialista en conocer a Dios, nosotros muchas veces somos especialistas en detallar nuestros problemas.

David vio en Goliat una oportunidad para que el poder de Dios de pudiera mostrar. 

Nuestros problemas son una oportunidad para que Dios se muestre, aun nuestro pecado es una oportunidad para exhibir la gracia de Dios. 

Dios tiene la supremacía sobre todo, anunciemos el nombre de Dios.