[Serie 2020] No temasMuestra

Acuérdate de Dios cuando sientas temor

El miedo puede convertirse en un arma diabólica que el adversario de nuestras almas usa para alejarnos de Dios si se lo permitimos. ¡Siempre podemos elegir! Podemos elegir entre permitir que el miedo nos aleje de Dios o que nos acerque a Dios. Podemos elegir entre entretener el miedo en nuestros pensamientos y quedarnos paralizados, o responder con fe y confianza en Dios.

Todo lo que tenemos que hacer para resistir al enemigo es acordarnos de Dios cuando sintamos temor. Invita a Dios a tus circunstancias, pídele ayuda. Sabemos que para aquellos que aman a Dios, todas las cosas cooperan para su bien. La adversidad es una universidad. Tenemos que empezar a ver la adversidad como una oportunidad de crecimiento.

Nunca creceremos en fe a menos que nuestra fe sea puesta a prueba. Cuando los israelitas vieron la montaña cubierta de oscuridad, relámpagos y sonidos de trompeta, tuvieron miedo. La respuesta de Moisés a su petición revela una poderosa verdad. Moisés dijo al pueblo: "¡No tengan miedo!... porque Dios ha venido de esta manera para ponerlos a prueba y para que su temor hacia él les impida pecar" (Éxodo 20:20) NTV.

Dios siempre está actuando en nosotros, especialmente en circunstancias adversas. Es en esas situaciones cuando nos damos cuenta de cuánto lo necesitamos. Usa tu adversidad para crecer y madurar en la fe invitando a Dios a tu rescate, en de vez de responder con temor y pecando. Digamos que tienes una prueba importante para tu vida. Si permites que el miedo te controle, puedes terminar haciendo trampa y copiándote. Pero si confías en Dios y le invitas a ayudarte, responderás con integridad estudiando y orando. Tu confianza en Dios crecerá, y tendrás éxito.

La circunstancia adversa puede convertirse en una oportunidad para acercarte a Dios. Enfrenta tus miedos junto con Dios. Invítalo a esa relación matrimonial que no funciona y que te impide dormir, preocupándote por la noche. Di, Dios: "¡Te necesito! No puedo hacer esto solo; ¡necesito tu ayuda!".

En el Salmo 34, David nos dice que cuando buscó al Señor, Dios respondió y lo liberó de todos sus temores. No pierdas tiempo preocupándote y creyendo lo que el enemigo y tus pensamientos te dicen, elige la vida, elige la libertad del temor. Puedes preocuparte u orar por ello. Confía en Dios y con acción de gracias (anticipación esperanzada), deja que tu petición sea dada a conocer por Dios. ¡Él nunca te decepcionará!