Nuevo comienzoMuestra

Día: 2

Dios está planeando un nuevo comienzo con Él en el centro de tu vida porque tiene un amor profundo por ti y por lo tanto debes aceptarlo con mucha gratitud. Hay seis cosas que Dios puso en mi corazón que a continuación quiero mencionarte para que puedas pensar en ellas y considerarlas para este nuevo comienzo.  

“Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestra tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.” Hebreos 12:1 (NBLA). 

#1 - Amigos peligrosos 

Una de las cosas que siempre escuché decir, y que de hecho me lo dijeron al ingresar a la universidad (después de 4 intentos), es que a pesar de lo bien que se siente haber dado ese primer paso, lo más desafiante, y que iba a requerir paciencia, aún estaba por venir; lo cual era terminar la carrera. El sabio Salomón dijo: “Más vale un buen final que un buen principio. El que tiene paciencia llega a la meta.” Eclesiastés 7:8 

Y como te habrás dado cuenta, lo mismo ocurre en la vida cristiana, es decir, es una carrera, donde también se requiere paciencia, pero que para alivio nuestro no somos los primeros, sino que al contrario tenemos buenos ejemplos que son de inspiración. Sin embargo, para correr bien, como dice el autor de Hebreos, debemos despojarnos de TODO PESO y del PECADO que tan fácilmente nos envuelven.

Todo peso y el pecado son como amigos peligrosos porque roban tu energía y te dejan exhausto. Son amigos que no te convienen porque en lugar de ayudarte te impiden avanzar. En otras palabras, es como escalar el Monte Everest con la mochila saturada de toda clase de cosas pesadas e inservibles.

Estos amigos, que por cierto también te distraen de lo más importante: seguir la voluntad de Dios (agradable y perfecta) en obediencia y confianza, pueden que sean hábitos, placeres, relaciones, popularidad, que por naturaleza al inicio se ven atractivos y te seducen, pero al final terminan enredándote, de modo que no puedes progresar como Dios quiere.  

Por lo tanto, si no quieres tener estorbos en este nuevo comienzo, en esta carrera que tienes por delante, y llegar a la meta, debes renunciar de forma radical a estos amigos peligrosos, despojarte de ellos, así como hace el atleta con el chándal cuando se dirige a la línea de salida; porque de lo contrario siempre van a obstaculizar tu visión de Dios.

Deseo de todo corazón que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean contigo. 

Oración: Padre, gracias por tu deseo de darme un nuevo comienzo. Espíritu Santo, ayúdame a despojarme de todo peso y del pecado que me envuelve fácilmente para no perder de vista la meta eterna. En el nombre de Jesús. Amén.  

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