Cuando no entiendes a DiosMuestra

Encontrando la paz en la tensión

Las palabras paz y tensión parecen opuestas, ¿verdad? Es difícil experimentar la paz cuando las cosas están tensas. Como seguidores de Jesús, podemos tener paz incluso cuando las cosas a nuestro alrededor se sienten fuera de control, porque su presencia nos trae paz... incluso cuando nuestras preguntas no obtienen respuesta.

Hay una noticia rápida: Siempre tendremos preguntas para Dios. Él es omnisciente, omnipotente y el siempre presente Creador del universo. Siempre habrá algún misterio con nuestro Dios. ¿Y no es eso lo que queremos? ¿Realmente queremos conocerlo, entenderlo y comprenderlo plenamente a Él y a sus caminos? ¿No queremos seguir a un Dios que es más grande, más listo, más sabio y más inteligente que nosotros o preferimos saber todo lo que Él sabe? La verdad es que si tuviéramos todas las respuestas, no lo necesitaríamos a Él. 

Si lo piensas, cuestionar a Dios muestra un poco de arrogancia por nuestra parte. Que los seres humanos pensemos que sabemos lo que es mejor o que sabemos más que el Creador del universo parece un poco absurdo. Por supuesto, a veces sólo lo cuestionamos porque estamos dolidos y porque pensamos que nuestro plan era bastante bueno. Deseamos que nuestro ser querido se cure, que la enfermedad sea erradicada o que los desastres naturales terminen. Todo eso tiene sentido para nosotros, así que ¿por qué no iba a tenerlo para Dios?

Ahí está la tensión. Es casi palpable, ¿no? A veces, simplemente no desaparece y tenemos que elegir experimentar la paz que trae Jesús a pesar de que algunas de nuestras preguntas nunca tendrán respuesta. Esta es la parte del camino cristiano en la que nuestra fe llega a un nivel de crisis. O elegimos presionar a Dios más y confiar en Él o le damos la espalda con ira y nos alejamos de nuestra fe. Alejarse nos traerá una doble porción de miseria. ¿No es mejor experimentar la paz de Dios en medio del dolor y las preguntas que seguir teniendo preguntas sin su paz? 

¿En lugar de cuestionar a Dios, quizás deberíamos cuestionar más los caminos del mundo? A menudo nos apresuramos a creer las dudas que escuchamos de otros e incluso de nosotros mismos, y sin embargo, aquel quien creó el mundo es a quien cuestionamos. ¿Por qué no podemos cuestionar lo que dice la gente o lo que nos decimos a nosotros mismos en lugar de cuestionar siempre a nuestro Dios? Lo que escuchamos y creemos nos hace cuestionar a Dios o correr hacia Él. 

Entonces, corre a Él con tus preguntas, miedos, dudas y preocupaciones. Él puede manejarlo y al hacerlo, experimentarás su paz mientras simultáneamente luchas contra tus dudas y haces crecer tu confianza en Él. Al final del día, pídele a Dios que se revele a ti y permite que su perfecta paz renueve tu mente en medio de la tensión de las preguntas sin respuesta.