¿Cómo esperar mientras recibo mi milagro?

¿Te ha pasado que luego de orar por un milagro, cuando no ves resultados, te desanimas? Yo lo he vivido, cuando oré por tener la Tablet que tanto necesitaba: recuerdo haber ido a varias iglesias con mis hojas en la mano. A veces, pensaba ¿Y si no llega? ¿Y si quedo en vergüenza? ¿Qué pasa si esto es tan tonto para Dios que no le presta atención? Pero, encontré en la palabra algo que me ayudó a reconfortar mi corazón y, una de esas mañanas, tres días antes de recibir la llamada de quien me la iba a regalar, recuerdo haber dicho en voz alta: “No me importa pensar cómo lo hará Dios, yo soy hija de Él, si muchos hijos con Padres que tienen dinero pueden pedirle a ellos una ayuda cuando tienen una necesidad, ¿por qué voy a esperar algo diferente de mi Padre de los cielos? Ya sea que sea hoy, en tres días o en un año, yo creo en la paternidad de Dios hacia mí y punto”. Ahora, esa mañana no tenía mi Tablet, aparentemente nada había cambiado ¿Te ha pasado?

¿Qué podemos hacer?

Déjame compartirte rápidamente algo poderosísimo: el Padre quiere que aprendas a descansar en Él y descansar es creerle, confiar en su palabra y soltar todo esfuerzo humano por entender, ayudar o mover sus brazos para apurar su manifestación. Usualmente, nuestro mayor enemigo son nuestros pensamientos, pero hay que aprender a descansar.

Repite conmigo esta oración basada en Hebreos 4:1–2

Padre, gracias porque tu amor es tan poderoso para darme la confianza de descansar en él. Yo decido reposar en tu poder, creer en tu palabra y saber que, a través de la vida de nuestro Señor Jesús, tú trajiste la provisión necesaria para todas mis necesidades. Hoy decido creerte, descansar y estar a la expectativa de tu provisión sobrenatural. En el nombre de Jesús.