La Palabra de Dios para tiempos como los que vivimosMuestra

… incluso los momentos más felices de nuestra existencia tienen un matiz de tristeza… Esta experiencia íntima en la que cada pedacito de la vida va acompañada de un pedacito de muerte puede ser una señal para nosotros hacia más allá de los límites de nuestra existencia... haciéndonos mirar con expectativa hacia el día en el que nuestros corazones serán llenos de gozo perfecto, un gozo que nadie nos puede quitar. 

Henri J.M. Nouwen, Hacer nuevas todas las cosas: Una invitación a la vida espiritual

ALGÚN DÍA

Algún día despertaremos a una realidad distinta: no habrá confinamiento, ni aislamiento, ni distanciamiento social ni mascarillas. Esperamos que las cosas sencillas que nos dan gozo y alegría nuevamente estarán presentes en nuestra vida. Oramos pidiendo que Dios nos ayude a salir vencedores y, como dice Pedro, después de que hayamos sufrido un poco de tiempo, veremos cómo Dios nos restaurará y nos hará fuertes, firmes y estables.  

Algún día despertaremos a una realidad completamente nueva: no estaremos confinados por el pecado, ni aislados de Dios, ni distanciados el uno del otro, ni usaremos mascarillas. Dios dice que estará tan cerca que secará toda lágrima de nuestros ojos. Más aún, todo lo que nos causaba lágrimas desaparecerá. Nos dará de beber el agua de la vida sin costo. Nos renovará y restaurará como sus hijos para vivir con él para siempre en la realidad de su gloria. 

Con toda la familia:

Al estar en medio de tiempos que son para nosotros un reto, nos puede alentar el proyectar nuestra mirada hacia un día mejor. La lectura de hoy nos dibuja parte de esa realidad.

Busquen estos objetos en el hogar y colóquenlos en la mesa: un pañuelo descartable para cada miembro del hogar, un envase o envoltura que antes contenía medicamentos, un poco de tierra en una taza u otro recipiente, y una bolsa de papel o plástico.

Siéntense alrededor de la mesa y lean Apocalipsis 21:3-5. Hagan las siguientes acciones conforme lean cada parte del versículo 4: séquense los ojos el uno del otro con el pañuelito, digan ‘no habrá más llanto’, y bótenlos a la bolsa de desecho; digan ‘no habrá más dolor’, y boten el envase de medicamento en la bolsa; digan ‘no habrá más muerte’ y boten la tierra en la bolsa. 

Agarren la bolsa de cosas de este ‘viejo mundo’ y salgan juntos a botarla al tacho de basura. 

Denle gracias a Dios porque promete que hará nuevas todas las cosas. 

Acción

Piensen en sus amigos o en personas a quienes conozcan que están sufriendo debido a diferentes motivos a causa del virus. Pidan la paz y el consuelo de Dios para ellos.

Señor, en tu gran misericordia, restáuranos y haznos más fuertes. Amén.