7 maneras para que renueves tu menteMuestra
Cuarto paso
Confiesa lo que crees, no lo que sientes.
Obtenemos lo que confesamos. Tenemos la salvación al confesar a Jesús como Señor y salvador de nuestras vidas. Tenemos las promesas de Dios al confesarlas con nuestra boca. Cuando normalmente confiesas solo lo que ves y sientes, dañas tu fe y no ayudas a que los pensamientos negativos se vayan.
Cuando Dios vio la tierra en tinieblas, vacía y sin forma, no usó sus palabras para describir la situación. En cambio, usó el poder de su palabra para cambiar la situación. No uses tu boca como un termómetro, que solo lee la temperatura de tu condición actual. Permite que la palabra de Dios convierta tu boca en un termostato que cambia la temperatura de tu vida al confesar lo que Dios dice.
El Señor instruyó a Josué: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley” (Josué 1:8). Josué no solo tenía que leer el libro, o estudiarlo, sino también declararlo. Jesús hizo eso en el desierto, en su tentación con el diablo. Lo más probable es que el diablo tentara a Jesús como suele tentarnos a nosotros, con pensamientos. Jesús no pensó la Escritura para combatir los dardos del diablo, Él declaró la Escritura.
Cuando los malos pensamientos atacan tu mente, es poderoso abrir la boca y hablar de acuerdo a la Palabra de Dios, no con tus sentimientos ni con tus circunstancias actuales. Como dice en Joel 3:10, “diga el débil: Fuerte soy”. No hables todo el tiempo de lo que sientes, tu mente no cambiará. Aprende más bien a confesar la palabra de Dios.
Acerca de este Plan
En Romanos 12:2, el Apóstol Pablo nos dice que somos transformados mediante la renovación de la mente. Muchos de nosotros pensamos que una vez nuestra vida es transformada, nuestra mente será renovada. Es todo lo contrario. Cuando nacimos, la mayoría de nosotros vino al mundo con la cabeza por delante. Cuando tu mente cambie, tu vida será transformada. Recuerda, a donde va tu mente, va tu vida.
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