La meta es el amorMuestra

"El dador de la relación"

La creación es tan básica para comprender los objetivos de la relación que necesitamos volver allí para un segundo devocional. ¿Conmigo?

Dios hizo el sol, la luna, el cielo y dijo: "Es bueno". Él hizo agua, tierra seca y dijo: "Está bien". Hizo las plantas como espinacas y col rizado, y luego, para mí, todos los ingredientes para una deliciosa cena, y dijo: "Es Bueno". Luego hizo las criaturas marinas como Willy, Nemo y Flounder, y todos los animales salvajes como Timón, Pumba y Simb, y dijo: "Es bueno". Cuando hizo a Adán, dijo: "Es muy bueno". Todo estuvo bien.

Pero muy pronto Dios dijo por primera vez, "No es bueno." No es que Dios lo haya estropeado- nunca lo hace. Algo faltaba. "El Señor Dios dijo, "No es bueno para el hombre estar solo" (Genesis 2:18).

Este principio también es real para todos los hijos de Adán. No es bueno para ti estar solo. No es bueno para mí estar solo.

Cuando establecemos una vida que está protegida y cerrada, el enemigo viene a atacarnos. Cuando estamos aislados, tenemos más riesgo de escuchar mentiras sobre quiénes somos y llegar a creer que son verdad.

Todos necesitamos una relación con personas que puedan recordarnos la verdad y disipar la falsedad, que puedan mostrarnos algo del amor que necesitan nuestros corazones, que puedan ayudarnos en nuestro camino. Dios lo sabe. Y es por eso que Dios quiere una relación para nosotros.

¿Es difícil para ti creer que una parte importante del plan de Dios para tu vida involucra una relación?

Él quiere que tengas un mejor amigo, aunque el último te apuñaló por la espalda. Él quiere que tengas pastores y mentores que creen un lugar seguro para crecer y convertirte. Él quiere que estés en un matrimonio que funcione y esté marcado por el amor, el honor, el respeto y la diversión. De acuerdo, tus relaciones pasadas podrían haber sido lo contrario de eso. Pero Dios es un Redentor, por lo que puede tomar lo que esté roto y levantarlo y trabajarlo para su bien.

Pasa un tiempo agradeciendo a Dios por tus relaciones existentes y pidiéndole que te guíe a otras nuevas que te ayudarán a cumplir sus propósitos en tu vida.