¡Sin Temor! ¿Cómo pueden los cristianos responder a las crisis?Muestra

Sin temor ante la crisis

Hemos estudiado algunas maneras en que nosotros, como seguidores de Cristo, podemos responder a la crisis y situaciones de emergencia. Vivimos por fe, no con temor, Vivimos pensando primero en los demás antes que nosotros y hacemos brillar la luz; No la escondemos.

Pero hay una historia de la vida de Jesús que es muy útil para nosotros para hacer frente a las tormentas de la vida.

Una vez, Jesús y sus discípulos estaban en una barca en medio de una tormenta bastante épica. Jesús estaba dormido en la parte de atrás de la barca. Y los discípulos estaban enloquecidos, convencidos de que estaban a punto de ahogarse. Así es como sucedió:

'Entre tanto, Jesús se había quedado dormido en la parte de atrás de la barca, recostado sobre una almohada. Los discípulos lo despertaron y le gritaron: —Maestro, ¿no te importa que nos estemos hundiendo? Jesús se levantó y ordenó al viento y al mar que se calmaran. Enseguida el viento se calmó, y todo quedó completamente tranquilo. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: —¿Por qué estaban tan asustados? ¿Todavía no confían en mí? Pero ellos estaban muy asombrados, y se decían unos a otros: «¿Quién es este hombre, que hasta el viento y el mar lo obedecen?»'

Marcos 4:38-41

Los discípulos sintieron un gran temor en medio de lo desconocido, olvidando que Jesús estaba literalmente allí con ellos. ¿Con qué frecuencia hacemos lo mismo?

Sentimos temor porque estamos aterrorizados de que suceda el peor de los casos, olvidando todo el tiempo que Jesús está tan presente con nosotros ahora como lo estuvo entonces con los discípulos.

De vuelta a la historia. Jesús calma la tormenta, pero en realidad no se trataba de la tormenta. Los discípulos descubrieron que Jesús era más poderoso que cualquier cosa que la vida les arrojara, y con solo saber eso puede darnos la fe para luchar contra el temor que sienta hoy.

Así es la situación: es posible que Jesús no siempre calme la tormenta a tu alrededor, pero promete estar siempre contigo.

Entonces, en respuesta a emergencias, desastres naturales, pandemias y cualquier otra cosa que la vida nos presente, podemos adorar a Aquel que no está sorprendido por lo que nos sucede, pero que camina con nosotros a través de los que vivimos.

Ora: Dios, vengo a ti un poco ansioso por _____. Pero sé que estás aquí conmigo, al igual que estabas con los discípulos en medio de su tormenta. Te pido que me encuentres hoy en medio de mi tormenta, Dios. Muéstrame a cómo luchar contra el temor con fe. Ayúdame hacer brillar tu luz en medio de la oscuridad y ayúdame a vencer cualquier incredulidad. Gracias por quien eres y por prometer estar siempre conmigo. En el nombre de Jesús, amén.