La santidad de la solteríaMuestra

Una vida soltera sagrada

Una de las relaciones más importantes que tienes en toda tu vida es la que tienes contigo mismo. Podemos, por supuesto, argumentar que nuestra relación con Dios es más importante, lo cual es así. Sin embargo, trabaja en la relación que tienes contigo mismo. Cultiva amor hacia ti mismo. Hacerlo no significa cultivar el narcisismo o el egoísmo. Esencialmente, significa permitir que Dios te ame. Sé abierto y honesto. Sé amable contigo mismo ante tus percibidos fracasos . Date cuenta de que no estás solo y que otros probablemente hayan tenido experiencias similares a las tuyas. Todos experimentan temporadas de altibajos. Ser amable y aceptarte a ti mismo tiende a generar la misma actitud hacia los demás. Aunque a veces te sientas solo, recuerda que no eres la única persona que tiene esa vivencia. 

Hay un carácter sagrado en la soltería. Esta santidad significa estar conectado con Dios. Es una bendición estar soltero. Hay personas en la Biblia que eran solteras e hicieron historia. Incluyen a Pablo, Marta, Jeremías y Juan el Bautista, por nombrar algunos. No todos están llamados a vivir una vida de casados. Concéntrate en crecer y estar seguro en Cristo, no en tu estado.

Las Escrituras hablan de una mujer, cuyo nombre era Ana, que estuvo casada durante siete años antes de que su esposo falleciera. Ana dedicó el resto de su vida a Dios. La Biblia dice que ella permaneció soltera y viuda hasta los 84 años. Nunca abandonó el templo y adoró a Dios día y noche. Ana conectó su soltería con Dios de una manera sagrada. Ella estaba contenta y era fiel a Dios.

Dios conoce tu futuro. Ora su voluntad sobre tu vida. Usa este tiempo para buscarlo. Cuanto más busques a Dios, más lo conocerás. Cuanto más lo conozcas, más sabrás la persona que te creó para ser. Celebra el estado en el que te encuentras porque Él está contigo. Nunca estás solo.

La verdad es que la mayoría de nosotros tenemos el deseo de casarnos, pero no podemos casarnos o volver a casarnos. En lugar de enfocarte en el matrimonio, permite que tu estado actual bendiga tu vida. Al igual que Ana, permite que el amor de Dios te transforme en la persona que Él te creó para ser: la mejor versión de ti mismo. Jesús lo llamó el don de estar soltero. Este es tu momento para crecer y convertirte en el mayor reflejo de Cristo. Él es tu verdadera identidad.