¿Cómo vivir en la Cuarta Dimensión en un mundo de Tercera Dimensión?Muestra

El último elemento a considerar es la confesión de la palabra. La palabra tiene una influencia poderosa en el corazón de quien lo confiesa y de quien lo escucha, incluso en todo el ambiente que lo rodea. Uno puede herir así como también puede perdonar mediante la palabra. La palabra tiene poder, porque Dios creó todo el universo mediante la palabra. Y la palabra de Dios es viva y eficaz (Hebreos 4:12). Y el creyente es el que cree en la palabra de Dios.

             Se estima que emitimos más de 20.000 palabras por día. ¿Pero de qué contenido? ¿Qué sentido tienen nuestras palabras? Hace no mucho tiempo atrás, hicimos un experimento casero. Colocamos unas cuatro cebollas sobre unos vasos con agua. En primera instancia no parecía que iba a surgir algún efecto. Pero al cabo de 4 meses, la primera cebolla a la que no se le dijo nada, se secó por dentro. La segunda cebolla a la que se le dijo palabras de maldición, echó raíces de amargura. La tercera cebolla a la que se le dijo palabras bonitas, las hojas florecieron hasta cierto punto. La cuarta cebolla a la que se le proclamó la palabra de Dios, las hojas florecieron pero muchísimo más que la tercera cebolla. No alcanza con decir palabras positivas, sino que debes procurar proclamar la palabra de Dios. Aquí reside la diferencia entre el positivismo y lo positivo del mensaje de nuestro Señor. Esto sucede porque las palabras tienen autoridad. Y dependiendo de quién lo diga, puede ejercer poder o no. Y si es palabra de Dios, y tú eres su hijo/a, entonces no puede no haber un cambio sobrenatural en la atmósfera espiritual sobre donde has proclamado esas palabras. ¡Así como Josué, confiesa con autoridad! ¡Vive en la Cuarta Dimensión del Espíritu Santo!