Agradando a JesúsMuestra

Muchas personas están de acuerdo que la vida se está tornando cada vez más ocupada, loca y desenfrenada. Somos bombardeados por más información de la que podemos procesar: noticias, anuncios, comerciales, blogs, tweets, música, fotos, y más. Más loco aún es que tenemos más dispositivos, programas y aplicaciones que nos facilitan la vida.

Estas innovaciones ayudan a mejorar nuestras vidas. Podemos mensajearnos con amigos en la otra mitad del mundo y decirles que oramos por ellos, compartir fotos del cumpleaños de nuestros hijos con familiares que están a kilómetros de distancia, revisar nuestros planes de jubilación o cuentas bancarias, ordenar pizza o reservar un hotel en la playa, pero aún con estos beneficios, "cosas con las que no podemos vivir", hay problemas.

Amamos la tecnología y lo que ofrece. Pero también la aborrecemos. Odiamos su dependencia y que nos desequilibre lo importante.

Muchos factores contribuyen al que la odiemos, pero estoy convencido de que es porque las redes hacen todo por nosotros. Somos arrastrados en una corriente que mide nuestras vidas por quién nos sigue y cuántos amigos tenemos. Somos más que el número total de "me gusta" en la última publicación, aún así, revisamos cuántos de ellos tenemos.

Sin embargo, cuanto más nos enfocamos en nosotros mismos, menos satisfechos nos sentimos. Y cuanto más nos consumimos con las cosas de esta tierra, más vacíos nos sentimos por dentro.

La razón es simple. Fuimos creados para más, mucho más. No fuimos creados para la tierra, sino para la eternidad. No fuimos creados para ser queridos, sino para querer. No fuimos creados para llamar la atención, sino para darle gloria a Dios. No fuimos creados para juntar seguidores, sino para seguir a Cristo.

La tecnología y las redes sociales son geniales, pero es tiempo de ser honestos acerca de nuestras #Luchas y recuperar el control de las magníficas herramientas que la tecnología nos provee.

Es tiempo de poner la tecnología en su lugar.

Es tiempo de amar a Dios con todo nuestro corazón.