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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkPSA">
 <div class="chapter ch60" data-usfm="PSA.60">
 <div class="label">60</div><div class="s">Plegaria pidiendo ayuda contra el enemigo</div><div class="r">(Sal. 108.6-13)</div><div class="d">Al m&#250;sico principal; sobre Lirios. Testimonio. Mictam de David, para ense&#241;ar, cuando tuvo guerra contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y volvi&#243; Joab, y destroz&#243; a doce mil de Edom en el valle de la Sal.#2 S. 8.13; 1 Cr. 18.12.</div><div class="q"> 1Oh Dios, t&#250; nos has desechado, nos quebrantaste;</div><div class="q">Te has airado; &#161;vu&#233;lvete a nosotros!</div><div class="q"> 2Hiciste temblar la tierra, la has hendido;</div><div class="q">Sana sus roturas, porque titubea.</div><div class="q"> 3Has hecho ver a tu pueblo cosas duras;</div><div class="q">Nos hiciste beber vino de aturdimiento.</div><div class="q"> 4Has dado a los que te temen bandera</div><div class="q">Que alcen por causa de la verdad. Selah</div><div class="q"> 5Para que se libren tus amados,</div><div class="q">Salva con tu diestra, y &#243;yeme.</div><div class="b"></div><div class="q"> 6Dios ha dicho en su santuario: Yo me alegrar&#233;;</div><div class="q">Repartir&#233; a Siquem, y medir&#233; el valle de Sucot.</div><div class="q"> 7M&#237;o es Galaad, y m&#237;o es Manas&#233;s;</div><div class="q">Y Efra&#237;n es la fortaleza de mi cabeza;</div><div class="q">Jud&#225; es mi legislador.</div><div class="q"> 8Moab, vasija para lavarme;</div><div class="q">Sobre Edom echar&#233; mi calzado;</div><div class="q">Me regocijar&#233; sobre Filistea.</div><div class="b"></div><div class="q"> 9&#191;Qui&#233;n me llevar&#225; a la ciudad fortificada?</div><div class="q">&#191;Qui&#233;n me llevar&#225; hasta Edom?</div><div class="q"> 10&#191;No ser&#225;s t&#250;, oh Dios, que nos hab&#237;as desechado,</div><div class="q">Y no sal&#237;as, oh Dios, con nuestros ej&#233;rcitos?</div><div class="q"> 11Danos socorro contra el enemigo,</div><div class="q">Porque vana es la ayuda de los hombres.</div><div class="q"> 12En Dios haremos proezas,</div><div class="q">Y &#233;l hollar&#225; a nuestros enemigos.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkPRO">
 <div class="chapter ch29" data-usfm="PRO.29">
 <div class="label">29</div><div class="q"> 1El hombre que reprendido endurece la cerviz,</div><div class="q">De repente ser&#225; quebrantado, y no habr&#225; para &#233;l medicina.</div><div class="q"> 2Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra;</div><div class="q">Mas cuando domina el imp&#237;o, el pueblo gime.</div><div class="q"> 3El hombre que ama la sabidur&#237;a alegra a su padre;</div><div class="q">Mas el que frecuenta rameras perder&#225; los bienes.</div><div class="q"> 4El rey con el juicio afirma la tierra;</div><div class="q">Mas el que exige presentes la destruye.</div><div class="q"> 5El hombre que lisonjea a su pr&#243;jimo,</div><div class="q">Red tiende delante de sus pasos.</div><div class="q"> 6En la transgresi&#243;n del hombre malo hay lazo;</div><div class="q">Mas el justo cantar&#225; y se alegrar&#225;.</div><div class="q"> 7Conoce el justo la causa de los pobres;</div><div class="q">Mas el imp&#237;o no entiende sabidur&#237;a.</div><div class="q"> 8Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas;</div><div class="q">Mas los sabios apartan la ira.</div><div class="q"> 9Si el hombre sabio contendiere con el necio,</div><div class="q">Que se enoje o que se r&#237;a, no tendr&#225; reposo.</div><div class="q"> 10Los hombres sanguinarios aborrecen al perfecto,</div><div class="q">Mas los rectos buscan su contentamiento.</div><div class="q"> 11El necio da rienda suelta a toda su ira,</div><div class="q">Mas el sabio al fin la sosiega.</div><div class="q"> 12Si un gobernante atiende la palabra mentirosa,</div><div class="q">Todos sus servidores ser&#225;n imp&#237;os.</div><div class="q"> 13El pobre y el usurero se encuentran;</div><div class="q">Jehov&#225; alumbra los ojos de ambos.</div><div class="q"> 14Del rey que juzga con verdad a los pobres,</div><div class="q">El trono ser&#225; firme para siempre.</div><div class="q"> 15La vara y la correcci&#243;n dan sabidur&#237;a;</div><div class="q">Mas el muchacho consentido avergonzar&#225; a su madre.</div><div class="q"> 16Cuando los imp&#237;os son muchos, mucha es la transgresi&#243;n;</div><div class="q">Mas los justos ver&#225;n la ruina de ellos.</div><div class="q"> 17Corrige a tu hijo, y te dar&#225; descanso,</div><div class="q">Y dar&#225; alegr&#237;a a tu alma.</div><div class="q"> 18Sin profec&#237;a el pueblo se desenfrena;</div><div class="q">Mas el que guarda la ley es bienaventurado.</div><div class="q"> 19El siervo no se corrige con palabras;</div><div class="q">Porque entiende, mas no hace caso.</div><div class="q"> 20&#191;Has visto hombre ligero en sus palabras?</div><div class="q">M&#225;s esperanza hay del necio que de &#233;l.</div><div class="q"> 21El siervo mimado desde la ni&#241;ez por su amo,</div><div class="q">A la postre ser&#225; su heredero.</div><div class="q"> 22El hombre iracundo levanta contiendas,</div><div class="q">Y el furioso muchas veces peca.</div><div class="q"> 23La soberbia del hombre le abate;</div><div class="q">Pero al humilde de esp&#237;ritu sustenta la honra.</div><div class="q"> 24El c&#243;mplice del ladr&#243;n aborrece su propia alma;</div><div class="q">Pues oye la imprecaci&#243;n y no dice nada.</div><div class="q"> 25El temor del hombre pondr&#225; lazo;</div><div class="q">Mas el que conf&#237;a en Jehov&#225; ser&#225; exaltado.</div><div class="q"> 26Muchos buscan el favor del pr&#237;ncipe;</div><div class="q">Mas de Jehov&#225; viene el juicio de cada uno.</div><div class="q"> 27Abominaci&#243;n es a los justos el hombre inicuo;</div><div class="q">Y abominaci&#243;n es al imp&#237;o el de caminos rectos.</div>
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 <div class="book bkLUK">
 <div class="chapter ch16" data-usfm="LUK.16">
 <div class="label">16</div><div class="s">Par&#225;bola del mayordomo infiel</div><div class="p"> 1Dijo tambi&#233;n a sus disc&#237;pulos: Hab&#237;a un hombre rico que ten&#237;a un mayordomo, y este fue acusado ante &#233;l como disipador de sus bienes. 2Entonces le llam&#243;, y le dijo: &#191;Qu&#233; es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordom&#237;a, porque ya no podr&#225;s m&#225;s ser mayordomo. 3Entonces el mayordomo dijo para s&#237;: &#191;Qu&#233; har&#233;? Porque mi amo me quita la mayordom&#237;a. Cavar, no puedo; mendigar, me da verg&#252;enza. 4Ya s&#233; lo que har&#233; para que cuando se me quite de la mayordom&#237;a, me reciban en sus casas. 5Y llamando a cada uno de los deudores de su amo, dijo al primero: &#191;Cu&#225;nto debes a mi amo? 6&#201;l dijo: Cien barriles de aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, si&#233;ntate pronto, y escribe cincuenta. 7Despu&#233;s dijo a otro: Y t&#250;, &#191;cu&#225;nto debes? Y &#233;l dijo: Cien medidas de trigo. &#201;l le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta. 8Y alab&#243; el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son m&#225;s sagaces en el trato con sus semejantes que los hijos de luz. 9Y yo os digo: Ganad amigos por medio de las riquezas injustas, para que cuando estas falten, os reciban en las moradas eternas.</div><div class="p"> 10El que es fiel en lo muy poco, tambi&#233;n en lo m&#225;s es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, tambi&#233;n en lo m&#225;s es injusto. 11Pues si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, &#191;qui&#233;n os confiar&#225; lo verdadero? 12Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, &#191;qui&#233;n os dar&#225; lo que es vuestro? 13Ning&#250;n siervo puede servir a dos se&#241;ores; porque o aborrecer&#225; al uno y amar&#225; al otro, o estimar&#225; al uno y menospreciar&#225; al otro. No pod&#233;is servir a Dios#Mt. 6.24. y a las riquezas.#16.13 Gr. Mam&#243;n.</div><div class="p"> 14Y o&#237;an tambi&#233;n todas estas cosas los fariseos, que eran avaros, y se burlaban de &#233;l. 15Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justific&#225;is a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominaci&#243;n.</div><div class="s">La ley y el reino de Dios</div><div class="p"> 16La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en &#233;l.#Mt. 11.12-13. 17Pero m&#225;s f&#225;cil es que pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley.#Mt. 5.18.</div><div class="s">Jes&#250;s ense&#241;a sobre el divorcio</div><div class="r">(Mt. 19.1-12; Mr. 10.1-12)</div><div class="p"> 18Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada del marido, adultera.#Mt. 5.32; Mr. 10.11-12; 1 Co. 7.10-11.</div><div class="s">El rico y L&#225;zaro</div><div class="p"> 19Hab&#237;a un hombre rico, que se vest&#237;a de p&#250;rpura y de lino fino, y hac&#237;a cada d&#237;a banquete con esplendidez. 20Hab&#237;a tambi&#233;n un mendigo llamado L&#225;zaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, 21y ansiaba saciarse de las migajas que ca&#237;an de la mesa del rico; y aun los perros ven&#237;an y le lam&#237;an las llagas. 22Aconteci&#243; que muri&#243; el mendigo, y fue llevado por los &#225;ngeles al seno de Abraham; y muri&#243; tambi&#233;n el rico, y fue sepultado. 23Y en el Hades alz&#243; sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a L&#225;zaro en su seno. 24Entonces &#233;l, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de m&#237;, y env&#237;a a L&#225;zaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. 25Pero Abraham le dijo: Hijo, acu&#233;rdate que recibiste tus bienes en tu vida, y L&#225;zaro tambi&#233;n males; pero ahora este es consolado aqu&#237;, y t&#250; atormentado. 26Adem&#225;s de todo esto, una gran sima est&#225; puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aqu&#237; a vosotros, no pueden, ni de all&#225; pasar ac&#225;. 27Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le env&#237;es a la casa de mi padre, 28porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos tambi&#233;n a este lugar de tormento. 29Y Abraham le dijo: A Mois&#233;s y a los profetas tienen; &#243;iganlos. 30&#201;l entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentir&#225;n. 31Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Mois&#233;s y a los profetas, tampoco se persuadir&#225;n aunque alguno se levantare de los muertos.</div>
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 <div class="book bkEXO">
 <div class="chapter ch10" data-usfm="EXO.10">
 <div class="label">10</div><div class="s">La plaga de langostas</div><div class="p"> 1Jehov&#225; dijo a Mois&#233;s: Entra a la presencia de Fara&#243;n; porque yo he endurecido su coraz&#243;n, y el coraz&#243;n de sus siervos, para mostrar entre ellos estas mis se&#241;ales, 2y para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, y mis se&#241;ales que hice entre ellos; para que sep&#225;is que yo soy Jehov&#225;. 3Entonces vinieron Mois&#233;s y Aar&#243;n a Fara&#243;n, y le dijeron: Jehov&#225; el Dios de los hebreos ha dicho as&#237;: &#191;Hasta cu&#225;ndo no querr&#225;s humillarte delante de m&#237;? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. 4Y si a&#250;n reh&#250;sas dejarlo ir, he aqu&#237; que ma&#241;ana yo traer&#233; sobre tu territorio la langosta, 5la cual cubrir&#225; la faz de la tierra, de modo que no pueda verse la tierra; y ella comer&#225; lo que escap&#243;, lo que os qued&#243; del granizo; comer&#225; asimismo todo &#225;rbol que os fructifica en el campo. 6Y llenar&#225; tus casas, y las casas de todos tus siervos, y las casas de todos los egipcios, cual nunca vieron tus padres ni tus abuelos, desde que ellos fueron sobre la tierra hasta hoy. Y se volvi&#243; y sali&#243; de delante de Fara&#243;n. 7Entonces los siervos de Fara&#243;n le dijeron: &#191;Hasta cu&#225;ndo ser&#225; este hombre un lazo para nosotros? Deja ir a estos hombres, para que sirvan a Jehov&#225; su Dios. &#191;Acaso no sabes todav&#237;a que Egipto est&#225; ya destruido? 8Y Mois&#233;s y Aar&#243;n volvieron a ser llamados ante Fara&#243;n, el cual les dijo: Andad, servid a Jehov&#225; vuestro Dios. &#191;Qui&#233;nes son los que han de ir? 9Mois&#233;s respondi&#243;: Hemos de ir con nuestros ni&#241;os y con nuestros viejos, con nuestros hijos y con nuestras hijas; con nuestras ovejas y con nuestras vacas hemos de ir; porque es nuestra fiesta solemne para Jehov&#225;. 10Y &#233;l les dijo: &#161;As&#237; sea Jehov&#225; con vosotros! &#191;C&#243;mo os voy a dejar ir a vosotros y a vuestros ni&#241;os? &#161;Mirad c&#243;mo el mal est&#225; delante de vuestro rostro! 11No ser&#225; as&#237;; id ahora vosotros los varones, y servid a Jehov&#225;, pues esto es lo que vosotros pedisteis. Y los echaron de la presencia de Fara&#243;n.</div><div class="p"> 12Entonces Jehov&#225; dijo a Mois&#233;s: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para traer la langosta, a fin de que suba sobre el pa&#237;s de Egipto, y consuma todo lo que el granizo dej&#243;. 13Y extendi&#243; Mois&#233;s su vara sobre la tierra de Egipto, y Jehov&#225; trajo un viento oriental sobre el pa&#237;s todo aquel d&#237;a y toda aquella noche; y al venir la ma&#241;ana el viento oriental trajo la langosta. 14Y subi&#243; la langosta sobre toda la tierra de Egipto, y se asent&#243; en todo el pa&#237;s de Egipto en tan gran cantidad como no la hubo antes ni la habr&#225; despu&#233;s; 15y cubri&#243; la faz de todo el pa&#237;s, y oscureci&#243; la tierra;#Ap. 9.2-3. y consumi&#243; toda la hierba de la tierra, y todo el fruto de los &#225;rboles que hab&#237;a dejado el granizo; no qued&#243; cosa verde en &#225;rboles ni en hierba del campo, en toda la tierra de Egipto.</div><div class="p"> 16Entonces Fara&#243;n se apresur&#243; a llamar a Mois&#233;s y a Aar&#243;n, y dijo: He pecado contra Jehov&#225; vuestro Dios, y contra vosotros. 17Mas os ruego ahora que perdon&#233;is mi pecado solamente esta vez, y que or&#233;is a Jehov&#225; vuestro Dios que quite de m&#237; al menos esta plaga mortal. 18Y sali&#243; Mois&#233;s de delante de Fara&#243;n, y or&#243; a Jehov&#225;. 19Entonces Jehov&#225; trajo un fort&#237;simo viento occidental, y quit&#243; la langosta y la arroj&#243; en el Mar Rojo; ni una langosta qued&#243; en todo el pa&#237;s de Egipto. 20Pero Jehov&#225; endureci&#243; el coraz&#243;n de Fara&#243;n, y este no dej&#243; ir a los hijos de Israel.</div><div class="s">La plaga de tinieblas</div><div class="p"> 21Jehov&#225; dijo a Mois&#233;s: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas#Ap. 16.10. sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe. 22Y extendi&#243; Mois&#233;s su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres d&#237;as. 23Ninguno vio a su pr&#243;jimo, ni nadie se levant&#243; de su lugar en tres d&#237;as; mas todos los hijos de Israel ten&#237;an luz en sus habitaciones. 24Entonces Fara&#243;n hizo llamar a Mois&#233;s, y dijo: Id, servid a Jehov&#225;; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan tambi&#233;n vuestros ni&#241;os con vosotros. 25Y Mois&#233;s respondi&#243;: T&#250; tambi&#233;n nos dar&#225;s sacrificios y holocaustos que sacrifiquemos para Jehov&#225; nuestro Dios. 26Nuestros ganados ir&#225;n tambi&#233;n con nosotros; no quedar&#225; ni una pezu&#241;a; porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehov&#225; nuestro Dios, y no sabemos con qu&#233; hemos de servir a Jehov&#225; hasta que lleguemos all&#225;. 27Pero Jehov&#225; endureci&#243; el coraz&#243;n de Fara&#243;n, y no quiso dejarlos ir. 28Y le dijo Fara&#243;n: Ret&#237;rate de m&#237;; gu&#225;rdate que no veas m&#225;s mi rostro, porque en cualquier d&#237;a que vieres mi rostro, morir&#225;s. 29Y Mois&#233;s respondi&#243;: Bien has dicho; no ver&#233; m&#225;s tu rostro.</div>
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 <div class="book bk1CO">
 <div class="chapter ch16" data-usfm="1CO.16">
 <div class="label">16</div><div class="s">La ofrenda para los santos</div><div class="p"> 1En cuanto a la ofrenda para los santos,#Ro. 15.25-26. haced vosotros tambi&#233;n de la manera que orden&#233; en las iglesias de Galacia. 2Cada primer d&#237;a de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, seg&#250;n haya prosperado, guard&#225;ndolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas. 3Y cuando haya llegado, a quienes hubiereis designado por carta, a estos enviar&#233; para que lleven vuestro donativo a Jerusal&#233;n. 4Y si fuere propio que yo tambi&#233;n vaya, ir&#225;n conmigo.</div><div class="s">Planes de Pablo</div><div class="p"> 5Ir&#233; a vosotros, cuando haya pasado por Macedonia,#Hch. 19.21. pues por Macedonia tengo que pasar. 6Y podr&#225; ser que me quede con vosotros, o aun pase el invierno, para que vosotros me encamin&#233;is a donde haya de ir. 7Porque no quiero veros ahora de paso, pues espero estar con vosotros alg&#250;n tiempo, si el Se&#241;or lo permite. 8Pero estar&#233; en &#201;feso hasta Pentecost&#233;s;#Lv. 23.15-21; Dt. 16.9-11. 9porque se me ha abierto puerta grande y eficaz, y muchos son los adversarios.#Hch. 19.8-10.</div><div class="p"> 10Y si llega Timoteo,#1 Co. 4.17. mirad que est&#233; con vosotros con tranquilidad, porque &#233;l hace la obra del Se&#241;or as&#237; como yo. 11Por tanto, nadie le tenga en poco, sino encaminadle en paz, para que venga a m&#237;, porque le espero con los hermanos.</div><div class="p"> 12Acerca del hermano Apolos, mucho le rogu&#233; que fuese a vosotros con los hermanos, mas de ninguna manera tuvo voluntad de ir por ahora; pero ir&#225; cuando tenga oportunidad.</div><div class="s">Salutaciones finales</div><div class="p"> 13Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. 14Todas vuestras cosas sean hechas con amor.</div><div class="p"> 15Hermanos, ya sab&#233;is que la familia de Est&#233;fanas#1 Co. 1.16. es las primicias de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio de los santos. 16Os ruego que os sujet&#233;is a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan. 17Me regocijo con la venida de Est&#233;fanas, de Fortunato y de Acaico, pues ellos han suplido vuestra ausencia. 18Porque confortaron mi esp&#237;ritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales personas.</div><div class="p"> 19Las iglesias de Asia os saludan. Aquila y Priscila,#Hch. 18.2. con la iglesia que est&#225; en su casa, os saludan mucho en el Se&#241;or. 20Os saludan todos los hermanos. Saludaos los unos a los otros con &#243;sculo santo.</div><div class="p"> 21Yo, Pablo, os escribo esta salutaci&#243;n de mi propia mano. 22El que no amare al Se&#241;or Jesucristo, sea anatema. El Se&#241;or viene.#16.22 Gr. del arameo, Maran-ata. 23La gracia del Se&#241;or Jesucristo est&#233; con vosotros. 24Mi amor en Cristo Jes&#250;s est&#233; con todos vosotros. Am&#233;n.</div>
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 <div class="book bkREV">
 <div class="chapter ch16" data-usfm="REV.16">
 <div class="label">16</div><div class="s">Las copas de ira</div><div class="p"> 1O&#237; una gran voz que dec&#237;a desde el templo a los siete &#225;ngeles: Id y derramad sobre la tierra las siete copas de la ira de Dios.</div><div class="p"> 2Fue el primero, y derram&#243; su copa sobre la tierra, y vino una &#250;lcera maligna y pestilente#Ex. 9.10. sobre los hombres que ten&#237;an la marca de la bestia, y que adoraban su imagen.</div><div class="p"> 3El segundo &#225;ngel derram&#243; su copa sobre el mar, y este se convirti&#243; en sangre como de muerto; y muri&#243; todo ser vivo que hab&#237;a en el mar.</div><div class="p"> 4El tercer &#225;ngel derram&#243; su copa sobre los r&#237;os, y sobre las fuentes de las aguas, y se convirtieron en sangre.#Ex. 7.17-21. 5Y o&#237; al &#225;ngel de las aguas, que dec&#237;a: Justo eres t&#250;, oh Se&#241;or, el que eres y que eras, el Santo, porque has juzgado estas cosas. 6Por cuanto derramaron la sangre de los santos y de los profetas, tambi&#233;n t&#250; les has dado a beber sangre; pues lo merecen. 7Tambi&#233;n o&#237; a otro, que desde el altar dec&#237;a: Ciertamente, Se&#241;or Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos.</div><div class="p"> 8El cuarto &#225;ngel derram&#243; su copa sobre el sol, al cual fue dado quemar a los hombres con fuego. 9Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.</div><div class="p"> 10El quinto &#225;ngel derram&#243; su copa sobre el trono de la bestia; y su reino se cubri&#243; de tinieblas,#Ex. 10.21. y mord&#237;an de dolor sus lenguas, 11y blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus &#250;lceras, y no se arrepintieron de sus obras.</div><div class="p"> 12El sexto &#225;ngel derram&#243; su copa sobre el gran r&#237;o &#201;ufrates; y el agua de este se sec&#243;, para que estuviese preparado el camino a los reyes del oriente.#Is. 11.15-16. 13Y vi salir de la boca del drag&#243;n, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres esp&#237;ritus inmundos a manera de ranas; 14pues son esp&#237;ritus de demonios, que hacen se&#241;ales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran d&#237;a del Dios Todopoderoso. 15He aqu&#237;, yo vengo como ladr&#243;n.#Mt. 24.43-44; Lc. 12.39-40; Ap. 3.3. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su verg&#252;enza. 16Y los reuni&#243; en el lugar que en hebreo se llama Armaged&#243;n.#2 R. 23.29; 2 Cr. 35.22.</div><div class="p"> 17El s&#233;ptimo &#225;ngel derram&#243; su copa por el aire; y sali&#243; una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho est&#225;. 18Entonces hubo rel&#225;mpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto#Ap. 8.5; 11.13,19. tan grande, cual no lo hubo jam&#225;s desde que los hombres han estado sobre la tierra. 19Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el c&#225;liz del vino del ardor de su ira.#Is. 51.17. 20Y toda isla huy&#243;, y los montes no fueron hallados.#Ap. 6.14. 21Y cay&#243; del cielo sobre los hombres un enorme granizo#Ex. 9.23; Ap. 11.19. como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.</div>
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