Una perspectiva de gracia sobre el trabajoMuestra

Valor Intrínseco

Nuestro trabajo fue ordenado por Dios desde el principio mismo de la creación y fue dado como una bendición y un privilegio a su creación. Como tal, nuestro trabajo tiene valor instrumental, lo que significa que tiene valor más allá de la obra en sí. Pero también hemos visto el peligro de que esto sea la única perspectiva —que no veremos el valor de la obra en sí— el valor intrínseco. Aquí surge la pregunta: « ¿El trabajo de los negocios tiene valor en sí mismo, o sólo como un medio para lograr algo más profundo, como el trabajo del ministerio?».

Las Escrituras presentan el trabajo como valioso para Dios. El trabajo tiene valor en sí mismo, es intrínsecamente algo bueno, y cuando el trabajo se hace con excelencia, refleja a Dios. Por lo tanto, podemos decir que Dios obra por medio de los representantes de Cristo y sus ocupaciones para llevar a cabo su obra en el mundo. Lo hace a través de la naturaleza intrínseca de su trabajo y de la excelencia con la que se realiza dicha labor.

Hay una serie de razones por las que el valor intrínseco del trabajo es la visión principal correcta de tu trabajo. El trabajo fue ordenado antes de la caída de Adán. La pequeña palabra hebrea, "parah" que traducimos como fructífera, tiene en su raíz el significado "productivo". El trabajo se presenta con alto valor a lo largo del Antiguo y Nuevo Testamento, y fue parte de los primeros treinta años de la vida de Jesús. De hecho, él dijo que vino a hacer la obra que el Padre le dio para que hiciera.

El trabajo nunca fue destinado a ser «un mal necesario», o de hacerse sólo para «pasarla». De hecho, vemos que el trabajo seguirá siendo parte de la creación cuando Cristo regrese y traiga la plenitud del Reino de Dios. El profeta Isaías habla de convertir espadas en arados y lanzas en ganchos de poda. Los instrumentos de guerra se convertirán en los implementos del trabajo. La Biblia nos dice que nuestra labor realiza la obra y el propósito de Dios en el Reino.

El trabajo tiene una dignidad inherente porque es la manera que Dios fijó para que los seres humanos cumplieran parte de su destino en la tierra. El privilegio del trabajo es la sociedad con Dios y eso le da valor intrínseco a nuestro trabajo. 

¿Ves tu trabajo de manera diferente ahora?