De la Biblia a la vida: relaciones de parejaMuestra

La Biblia nos enseña que también es necesario enriquecer el amor: el amor se enriquece con los detalles del diario vivir. Es un arte sencillo, aunque difícil. Desde el cuidado personal hasta el trato con el otro -la palabra cariñosa, la atención y la gentileza- juegan papeles importantes en el enriquecimiento del amor.

Pero más importante es el aspecto moral. Ambos integrantes de la pareja se comprometen a cumplir su rol con fidelidad, lealtad y responsabilidad. Vicios y pecados como el alcoholismo, el juego, el adulterio y  la fornicación conspiran contra el amor,  crean inestabilidad en el hogar y en las relaciones matrimoniales y pueden llevarlos al desastre.

Son muchos los consejos que podrían darse para enriquecer el amor en la pareja, cómo huir de la rutina, buscar creativamente nuevas formas de expresar los sentimientos, divertirse juntos, tener tiempo para los dos y para los hijos; pero sobretodo cultivar una intensa vida espiritual de unión con su Dios a través de Jesucristo.

La oración en común en el hogar enriquece la vida y el amor de padres, esposos e hijos. La palabra de Dios tiene en sus páginas preciosas enseñanzas que, estudiadas en común y practicadas, fortifican la vida de familia y mantienen viva la llama del amor de la pareja aún en las dificultades pruebas y sufrimientos.