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La Cura del Guerrero

Cuando a mí me dieron la Biblia personal de mi madre después de su funeral, encontrémoslas un resaltador encajado en donde estaba leyendo por ultima vez. Lo abrí y leí las palabras de Jesus en Mateo 10:38 (NVI):

"El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí."

Después de perder a mi madre a la edad de 16, el proceso de duelo se convirtió en una cruz que cargar, pero no era lo que yo estaba esperando.

Nunca hubo una explosion de lagrimas, exclamaciones en contra De Dios, u otras demostraciones de desesperación que esperaba. En vez de eso, perdí el sentimiento hacia casi todo. Esto me asustaba.

¿Me importaba siquiera?¿Realmente amaba a mi mamá o la extrañaba?¿Qué estaba mal conmigo?

Yo intente aceptar que las heridas y el duelo se pueden ver diferente para cada quién. Pero comencémoslos a preguntarme si estaba vacío de todo, incluso de Dios.

Es algo bueno que Dios usa nuestras mas grandes debilidades para Sus mayores fortalezas.De alguna manera, en estos tiempos desesperados, yo comencé a ver el corazón de Dios mas.

Año tras año de nuestra infancia, los problemas de salud de mamá, las visitas a los especialistas, y su deterioro físico incrementaron. Hubo muchas noches transcurridas en la sala de espera de UCI haciendo tareas y orando por que algo cambiara. La vi luchar contra esta enfermedad a lo largo de muchas estados, etapas de la vida y versiones de si misma.Mi madre lucho con una fortaleza increíblemente cristiana- el tipo silenciosa en la cruz registrada por el Apóstol Pedro.

Mirando hacia atrás, la fortaleza silenciosa y monótona que ella demostró me ayudo a ver que el amor de Cristo puede que no siempre sea ruidosos, pero siempre esta rugiendo con coraje.

Yo podría escribir otro día completo sobre fortaleza de lo que aprendi de ver a mi papá sanar. Yo vi de primera mano el deseo de nuestro padre de proveer para nosotros, incluso cuando estaba sufriendo. Me recordó de nuestro Padre Celestial. También aprendi que hasta los hombres mas fuertes lloran, pero que no tenemos que hacerlo solos. De mi papá y mi hermano he aprendido que las heridas están llenas de oportunidades para ver a Dios.

Las heridas son diferentes para todos, pero no están destinadas a permanecer como heridas. Como un hueso roto, Dios quiere que te sanes mas fuerte que antes.Dios esta listo para encontrarse contigo en tus momentos mas débiles con Su mayor fuerza. El es un Guerrero, El fue herido por ti, y El esta luchando contigo.

Oración:Dios, ¿me enseñarías las heridas que he estado escondiendo?¿Me ayudarías a sanar y a enseñarme que Tú estas luchando conmigo? Gracias por se un Padre amoroso. Amen.

-Lucas, luchando por la sanidad