La Fuerza del LiderazgoMuestra

Día 3: Poseyendo mi futuro.

Dios le entregó un precioso regalo y este se llama futuro. Lo que está por venir le pertenece a usted, es suyo, sólo usted puede transitarlo y darle forma. Lleva su esencia, sus sueños, su originalidad. Sé que Dios ya se lo dijo y lo marcó en su corazón. Esas cosas serán diferentes a todo lo experimentado y realizado hasta aquí: sus mejores días están por delante.

Dios siempre se refirió a su iglesia como a una gran iglesia, pero específicamente en estos último años de trayectoria eclesiástica, Él nos ha hablado por diferentes medios, de que nos estamos acercando al momento histórico de mayor crecimiento de la misma. La palabra que atraviesa los continentes es: “Multiplicación, multiplicación, multiplicación.” Ruego a Dios que esta revelación pueda tocarlo y transformar su visión por completo.

Viene el tiempo en que su congregación crecerá de tal modo que ya no habrá en su ciudad lugar físico que logre contener las multitudes que Él le entregará. Líder, créalo. No se quede afuera de lo que Él quiere hacer. Dios ya le entregó su ciudad, usted tiene que tomarla. Dios ya le entregó su futuro, usted tiene que poseerlo. 

¿Cómo puede poseer su futuro?

1.Establezca un plan: solo teniendo un plan, el sueño se hace real. Usted necesita el plan de Dios. El sueño de Dios es muy grande para que se encuentre improvisando. 

2. Persevere en la Palabra: debe arraigarse en lo profundo de su ser y llenar su mente. No permita que los problemas personales lo desconcentren. Cuide su llamado. Que cada decisión de su vida sea conforme a la Palabra de Dios. 

3. Dé pasos de fe: la fe es acción. No es solo creer en Jesús sino creer y vivir en sus palabras. Nunca conseguirá sus objetivos y metas sino los respalda con la acción.

Que su primer y más grande meta sea la siguiente: ver la nación rendida a los pies de Jesucristo. ¡Que el Dios que lo llamó lo use grandemente!