[Serie Nuestra historia–Un repaso bíblico para católicos] Lectio DivinaMuestra

Paso 5: Actio - Acción 

¿Qué pasaría si un amigo tuyo te dice constantemente que te ama y que puedes contar con él para lo que sea, pero que cuando de verdad lo necesitas nunca está? Los hechos hablan más que las palabras ¿verdad? 

En la Biblia hallamos muchísimos ejemplos que nos hablan de que lo que sucede en nuestro interior, inevitablemente se manifiesta en el exterior. No puedes pedirle peras al naranjo. En palabras de Jesús: «Pero lo que sale de la boca viene del interior del hombre; y eso es lo que lo hace impuro. Porque del interior del hombre salen los malos pensamientos, los asesinatos, el adulterio, la inmoralidad sexual, los robos, las mentiras y los insultos» (Mateo 15:18–19 DHH).

Tanto lo que decimos como nuestros actos, están definidos por nuestra vida interior. Es por ello que el Papa Benedicto XVI Ratzinger dijo: «Conviene recordar, además, que la lectio divina no termina su proceso hasta que no se llega a la acción (actio), que mueve la vida del creyente a convertirse en don para los demás por la caridad».

Esto quiere decir que si yo, practico mi lectio divina todos los días, pero no veo transformación, hay algo que no va. Si no hay cambios en mis actitudes, si Dios no está moldeando mi vida y esta no es transformada frente al espejo de la Palabra de vida y poder, estoy haciendo algo mal. 

Ahora bien, por favor no te desanimes, el cambio y la transformación son lentos, hay que perseverar. Piensa en que Dios está llevando a cabo un proceso de transformación en tu vida que no es del día a la noche. De lo que sí puedes estar seguro es de que la obra que Dios comenzó en tu vida la irá llevando a buen fin. Confía, descansa y persevera. 

Verás que cuando menos te lo esperes, te hallarás sirviendo a tu prójimo de forma natural y espontánea. Eso es lo maravilloso de la obra de Dios en nuestros corazones, de lo tanto que Dios nos da, surge un deseo interior de compartir esta vida abundante con aquellos que nos rodean en forma ilimitada.

Consejo práctico

¿Estás poniendo en práctica el recordar diariamente que eres hijo de Dios y que eres salvo por la fe, gracias al sacrificio de Jesús en la cruz por ti? 

¿Hay pecados recurrentes? ¿Cuáles son esas actitudes que necesitan transformación?

Busca pasajes de la Biblia donde se hable sobre ese pecado o actitud en particular y escucha lo que Dios te dice al respecto. 

Habla con tu párroco o con el padre de la iglesia a la que concurres, cuéntale lo que te sucede y pide ayuda. Sin lugar a dudas, juntos podrán pedirle a Dios que te ayude a superar esta barrera.