Quién Soy en CristoMuestra
Soy Hijo de Dios
El hijo de Dios no obra por la vida sino desde la vida, no obra para ser salvo sino porque es salvo. — Charles Spurgeon
Cada ser humano que ha vivido tiene un padre biológico y una madre biológica. Sea que los hayamos conocido o no, los tenemos. Somos su descendencia. Algunos tenemos padres que nos escogieron y nos convertimos en sus hijos a través de la adopción.
Recordar tu crianza como hijo podría evocar grandes recuerdos y tradiciones apreciadas. Para algunas personas las experiencias traen pensamientos negativos. Quizás la relación con tus padres terrenales ha reforzado positivamente tu visión de Dios, o quizás ha dañado la forma como ves el amor de Dios para ti.
Independientemente de la perspectiva pasada de tu familia, tu Padre Celestial anhela llenar tu vida con amor y paz. Juan 1:12 dice que si recibimos a Jesús y creemos en Su nombre, tenemos el derecho de convertirnos en hijos de Dios. Así que, ¡hemos sido adoptados! Somos los hijos de Dios y nada puede cambiar eso. Su amor y compromiso hacia nosotros es fiel aun si pecamos catastróficamente. Por Jesús, el vasto amor de Dios nos cubre cada día.
Así que, cuando enfrentemos una situación en la que nos sintamos totalmente derrotados, debemos recordar que somos hijos escogidos de Dios. Cuando sintamos que nadie nos ama y nos sintamos completamente solos, debemos recordar que somos hijos escogidos de Dios. Cuando nos sintamos olvidados e ignorados, debemos recordar que somos hijos escogidos de Dios. El Creador del universo, el Gran Yo Soy, el Dios Todopoderoso te escogió. ¡Eres un hijo de Dios!
Reflexiona
- En tus propias palabras, escribe lo que "Soy hijo de Dios" significa para ti.
- Repite "Soy Hijo de Dios"durante el día — pon una alarma y dilo cada hora para que se arraigue profundamente en ti o escríbelo en una tarjeta y ubícala donde puedas verla a menudo.
- Piensa en una situación que has enfrentado o que enfrentarás en la que puedas aplicar esta verdad.
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Quién eres? Esta pregunta con frecuencia recibe una respuesta que afirma algo que hacemos. Pero, nuestra identidad viene de quién dice Dios que somos—no lo que hacemos, y ciertamente no quien otros dicen que somos. Conocer quiénes somos en Cristo es esencial para nuestro caminar con Jesús. Cuando sabemos quiénes somos, sabemos qué hacer.
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