Él te amaMuestra

¿Te imaginas ser invitado a una reunión especial de Jesús?  

Pues esta es la historia de tres de sus discípulos que fueron escogidos por el Maestro para que lo acompañaran a una de las reuniones más importantes de su vida.  

Qué experiencia más poderosa la que vivieron los tres discípulos de Jesús. El solo hecho de ser escogidos por Él ya era un privilegio muy especial, y si a eso le sumas que era para estar a solas con Él y lo que podría haber sido una reunión ordinaria se convierte en un hecho inolvidable. 

Ante esta experiencia, que es lo que conocemos como la transfiguración, la humanidad de Pedro es totalmente evidente cuando al verse tan a gusto ante la presencia de Dios, y al sentirse tan especial al presenciar a Jesús en todo su esplendor, Pedro expresa su deseo de construir unas enramadas para quedarse allí por largo tiempo, olvidando así su trabajo, a su familia, y a sus amigos, Pedro estaba pensando y deseando quedarse en ese lugar maravilloso donde todo era perfecto. 

Pero en ese momento tan revelador en el que Jesús conversa con Elías y Moisés, una voz irrumpe en el escenario, la voz de Dios, que viene a recordarle a Pedro el propósito de todo esto, la misma voz de Dios declarando cuanto amaba a su hijo y cuan complacido estaba con la obra de Jesús.  

¿Cómo podemos aplicar esto para nosotros? Pues a veces somos como Pedro que queremos guardarnos a Jesús para nosotros, que conociendo la grandeza y el poder de Jesús nos quedamos callados y le negamos a otros la oportunidad de tener el mismo conocimiento, que ante la voz de Dios sentimos miedo, ¿recuerdas a Adán y Eva en el paraíso como se asustaron al oír la voz de Dios? No tengas miedo de decirle a todos lo que Dios ha hecho en tu vida, no te tires al suelo como para esconderte. Lo que los tres discípulos oyeron sigue resonando para nosotros, hay que obedecer a Jesús