[Serie 1 Juan] La vida real camina en la luzMuestra

Dios es luz

Uno de los temas que se encuentran a lo largo de las Escrituras, es que Dios es luz. Jesús dijo en el Nuevo Testamento, «Yo soy la luz del mundo». En Mateo, en la transfiguración, el rostro de Jesús brillaba como el sol de mediodía. Y nuevamente cuando Cristo habló con Juan en Apocalipsis, su rostro brilló como el sol.

En la Biblia, vemos que se muestra un contraste entre la luz y la oscuridad. La oscuridad es malvada y la luz es buena. Podemos ver este contraste en la manera en que nos referimos a las diferentes cosas. Si vemos una película y es oscura, significa que probablemente haya algo de maldad en ella. Pero si es una película iluminada, eso significa que tendrá algo de bueno. Dios es luz y su principal atributo es la santidad. La santidad de Dios está vinculada a su luz. Él es luz. Él es puro. Él es sin tacha, sin ninguna oscuridad, sin ninguna mancha. Su carácter es impecable y perfecto. Nunca ha pensado en hacer algo malo. Su gloria y su luz son intrínsecas a quien es Él.

¿Cómo haces que el agua sea húmeda? El agua es intrínsecamente húmeda. ¿Cómo haces que el cielo sea azul? El cielo es intrínsecamente azul. ¿Cómo haces que el sol alumbre? La luz es intrínseca para el sol. De la misma manera, la gloria de Dios, su luz y su santidad son intrínsecas a quién es él. No es solamente lo que hace.

Eso es diferente en nosotros. Nuestra gloria es concedida, no es intrínseca. Piensa en un rey que tiene una capa grande, un cetro y una corona de oro. ¿Qué pasaría si le quitas el cetro, la capa y la corona, no permites que este rey se bañe durante un mes y lo colocas debajo de un puente al lado de una persona sin hogar? Se verá exactamente igual a la persona sin hogar al final del mes, porque su gloria es otorgada, no intrínseca. Puedes sacarlo y es como una persona común y corriente. Cuanto más sepamos acerca de quién es Dios, más entenderemos quiénes somos y cómo viajar en este camino.

Eso no significa que vas a tener una vida perfecta. Vas a tener que atravesar por pruebas, juicio, disciplina y las consecuencias del pecado. Pero, siempre que tengas la sospecha que, «Dios está haciendo algo malo», puedes descartarlo porque sabes que todo lo que Dios hace es desde un corazón de luz.