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Como llegar a ser tu propio organizador profesional y simplemente soltar tus pertenencias

¿Alguna vez deseaste ser un organizador profesional solamente para tener tus "cosas" bajo control? Todos nosotros hemos hecho eso. Comprar algo solamente para arrepentirnos después. Comprar cosas que no nos hacen felices. Querer una vida más sencilla. ¡Felizmente, Dios puede ayudarnos a todos en esta área! 

En un mundo que constantemente nos dice que compremos lo más nuevo, es difícil mantener una vida sencilla. Pero ahora vivo esta vida sencilla. Sí, por supuesto que quiero una casa cómoda y acogedora, ¡y la tengo! Pero descubrí un gran balance en poseer cosas sin dejar que ellas me posean a mí.

Mi perspectiva de poseer cosas cambió después de leer Mateo 6:19-21. Yo quería ser alguien que acumulara tesoros en el cielo, no en la tierra, por eso encontré maneras de simplificar mi vida. Tenía dos metas. Primero, hice un voto de poner límites a mi tiempo. Decidí que ya no quería pasar mis sábados haciendo compras. Quería pasar esos días con mi familia, sirviendo a otras personas, y convertirme en la mejor amiga de Dios. Entonces regalé 42 bolsas con cosas y empecé de manera simple. Segundo, quería poner límites a mi dinero para poder ser más generosa.

Por supuesto, existen un millón de formas de llegar a ser tu propio organizador profesional y simplificar tu vida, pero ¡aquí hay tres cosas que yo hago y que también pueden ser factibles para ustedes!

Tres formas en las que yo simplifico mi vida:

1. Solo compro ropas de 5 colores. Esto puede aterrar a algunos de ustedes. Pero de verdad, solo uso colores neutros, verdes y rosados. ¿Por qué? ¡Porque todo eso combina! Disminuye el tiempo que lleva vestirse. No tengo que decidir qué color de camisa comprar porque sé mis opciones de antemano.

2. Cada vez que traigo algo a casa, me deshago de algo más. Simplificar la vida puede ocurrir diariamente al donar or reciclar cosas que ya no necesitamos. Si yo traigo una nueva camisa a casa, dono una camisa. Si traigo un juego de sábanas nuevas, pienso: ¿De qué juego de sábanas me voy a deshacer? Esta práctica es un medidor saludable de cuán realmente necesario es un artículo.

3. Compro recuerdos en lugar de cosas. Esto quiere decir que mi marido y yo podemos regalarnos entradas para un recital, irnos de viaje en auto, o realizar alguna actividad familiar en lugar de comprar un nuevo dispositivo. No hay de nada malo en comprar regalos para los demás. Simplemente pasamos más tiempo considerando el impacto a largo plazo y el recuerdo que dejarán el regalo.  

Jesus no pasó Su vida comprando cosas o buscando por las mejores ofertas. Él pasó Su vida amando a las personas, amando a Dios, y siendo generoso. Por muy difícil que pueda ser para nosotros vivir sencillamente, todos podemos llegar a ser los organizadores profesionales que necesitamos ser ya que este estilo de vida viene con enormes beneficios. Cuando tienes menos, verás que realmente posees más: Más dinero, más satisfación. Y los más importante, ¡tendrás tiempo para acumular los verdaderos tesoros del cielo!

—Michelle

* Explicación de la imagen del Plan: Encuentra la verdad bíblica probada en la vida de personas normales que han visto la lucha, el dolor, la esperanza y la fidelidad de Dios a través de todo ello