La verdadera amistadMuestra

Cuando estudiamos la vida de Daniel, podemos notar que  estaba rodeado de malvados, gente que ocupa su tiempo y energía en buscar cómo dañar a otros en lugar de hacer sus verdaderas tareas. 

Esta gente aún no deja de existir. Todavía andan algunos por ahí (por tu barrio, por tu   colonia, tu colegio y hasta por tu iglesia) tratando de encontrar motivos para acusarte, para culparte de cosas que quizá no has hecho.

Pero si tu decides dedicar tu vida a obedecer a Dios, lo más seguro es que no encuentren nada de qué acusarte (pues tienes una conducta ejemplar). Pero debo advertirte, prepararte, porque muy probablemente van a comenzar a cuestionarte por lo que crees, por aquellas cosas que evitas para no ofender a Dios. 

Es curioso, como en algunos países podrán hasta lograr modificar las leyes para cerrar nuestra boca y así tratar de opacar nuestra fe y podrán decir que lo que nos imponen no es ilegal. 

Te invito a siempre a ser consciente sobre tu testimonio. Que pienses en lo que haces y en qué piensan de ti los que te ven. Cuida tu corazón de amistades que no te convienen y vive de tal manera que solo puedan decir cosas buenas de ti. 

Recuerda: tenemos un compromiso de poner el nombre de Jesús nuestro Salvador en alto, por lo  tanto, no olvides que acercarte a los placeres del mundo te aleja de Dios.