Ahora y LuegoMuestra

Cuando nacemos, lo primero que nos dan es nuestro nombre. Así es como las personas nos conocen. Sin embargo, con el tiempo, nos convertimos en algo más que nuestro nombre. Comenzamos a ser conocidos por la forma en que tratamos a los demás, lo que nos interesa y la forma en que gastamos nuestro tiempo. Comenzamos a desarrollar una reputación que va más allá de nuestro nombre. 

El versículo de hoy nos recuerda que una de las mejores cosas que podemos tener en esta vida es un buen nombre, una buena reputación. No porque importe lo que otros piensen de nosotros, sino porque una buena reputación afecta la cantidad de influencia positiva que podemos tener en los demás y, finalmente, el tipo de legado que dejaremos. 

Habla con un amigo de confianza, un adulto o un líder de grupo pequeño esta semana sobre el tipo de reputación que deseas tener. Pídeles que te ayuden a responsabilizarte de vivir de una manera que esté a la altura de esa reputación.