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Creados para un propósito

DÍA 3 DE 5

La revelación del propósito

Si queremos conocer nuestro propósito, debemos ir a la Fuente, a la Persona que nos creó, y esa Persona es Dios. El Espíritu Santo de Dios es quien nos revela Sus misterios, y si tenemos hambre de descubrir nuestro propósito en la vida, Él está dispuesto a revelárnoslo. Nos mostrará la verdad de quiénes somos y la razón de nuestra existencia.

Hay una diferencia significativa entre el proceso de descubrir y el proceso de recibir revelación. Descubrir implica adquirir conocimiento a través de estudios, investigaciones, experimentos, estadísticas, etc. También se refiere a buscar lo que se desconoce. Recibir revelación, es un proceso sobrenatural en el que se abren nuestros sentidos espirituales y nuestro entendimiento se ilumina.

Cuando recibimos revelación, este conocimiento viene directamente de Dios por el Espíritu Santo. Como hemos visto, Dios nos da indicadores de nuestro propósito, que implican procesos naturales de observación y análisis, pero debemos establecer esos indicadores junto con la revelación de Su propósito para nosotros, a fin de confirmar nuestro llamado.

El proceso de recibir revelación es vital para entender por qué muchas personas confunden el propósito de su vida con la profesión para la que estudiaron en la universidad o en alguna escuela de negocios. Los dos bien pueden coincidir. Sin embargo, la educación es una función del reino natural, mientras que el propósito, aunque opera en lo natural, tiene características espirituales y su efecto es sobrenatural y eterno. Por lo tanto, la educación puede prepararnos para un trabajo, pero no nos prepara para un propósito.

Recibiendo conocimiento revelado

¿Cómo nos llega la revelación del propósito de Dios?

El Espíritu Santo está a cargo de revelar nuestro propósito único, irrepetible y eterno. El Espíritu elige la forma como revela nuestro propósito, y es diferente para cada persona. ¿Hay algo que podemos hacer para cooperar con Él en la revelación de ese propósito? ¿Podemos preparar nuestros sentidos espirituales para que estén abiertos a recibir Su conocimiento? ¡Sí, podemos! Estas son algunas pautas importantes para hacerlo:

Conozca a Dios

Nadie puede conocer su propósito sin primero conocer a Dios. Cuando lo conocemos, descubrimos quiénes somos y volvemos nuestros corazones hacia Sus propósitos. Necesitamos buscar al Señor porque, la única forma cómo podemos entender realmente para qué fuimos creados, es estando alineados al único Dios verdadero. Debemos dedicar tiempo y esfuerzo a conocerlo mejor, a comprender Sus planes y nuestro papel en ellos.

Cuando realmente conocemos a Dios, dejamos de cuestionar y resistir Su voluntad para nosotros. Quienquiera que cuestione la voz de Dios tiene un problema, porque no está en sintonía con Su corazón y mente. Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Juan 10:27). Con esta metáfora de las ovejas, el Señor se refiere a las personas que tienen un pacto con Él, a los que conocen Su corazón, Su amor y Sus enseñanzas, y a los que le obedecen fielmente y de todo corazón.

La mejor manera de conocer a Dios es reconocer Su voz, y una de las formas como Dios nos habla es a través de Su Palabra escrita. En la Escritura, Dios nos revela quién es. Él mismo inspiró las Escrituras para darse a conocer a la humanidad. Cuando conocemos la Palabra de Dios, lo conocemos a Él, porque Su Palabra nos habla de Su naturaleza y Su voluntad.

Además de conocer la Palabra de Dios, debemos estar en comunión continua con Él a través de la oración, el ayuno y la búsqueda diaria de Él. “La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto” (Salmos 25:14).

Si queremos conocer nuestro propósito, debemos llegar a conocer a Dios de una manera más profunda. Una forma significativa de hacerlo es adorándolo. Es durante la adoración que Dios se nos revela, y en esa revelación viene el conocimiento de nuestro propósito. A medida que nuestra relación con Dios crece, recibiremos más revelaciones de nuestro llamado.

Esté en el ambiente adecuado

Para cumplir nuestro propósito, debemos estar en el ambiente correcto: espiritual, mental, emocional, físico y geográficamente. Si alguien está en un ambiente que no cultiva, nutre o desarrolla su propósito, será incapaz de lograrlo.

Piense en el ambiente actual en el que vive, en todas las áreas de su vida. ¿Qué está haciendo para preparar y ajustar ese ambiente para el desarrollo de su propósito? Su preparación puede ir desde asuntos simples, como tener una mejor organización en su espacio de trabajo, hasta problemas mayores, como discernir con qué amigos y socios se relaciona o con quién va a compartir su tiempo. Reconozca que si usted no está en el entorno adecuado, eso le impedirá lograr su propósito.

Sirva una visión

La idea de “visión” a menudo se define como la forma en que vemos nuestro futuro. Sin embargo, en términos de propósito, la visión es la perspectiva de Dios sobre nuestro futuro. Esto es lo que el Señor nos revela a medida que desarrollamos una relación íntima con Él.

Si queremos conocer nuestro propósito, debemos estar comprometidos con una visión. Cualquiera que sea la visión que usted tenga, ya sea de llegar a ser médico, bombero, científico, constructor, músico, hombre de negocios, escritor, enfermera, pastor o apóstol, casi siempre es necesario comenzar sirviendo la visión de alguien más y ser fiel en lo que le confían. A menudo, al servir la visión de otra persona, podemos encontrar el lugar de nuestro propósito, porque la visión es el punto donde comienza el propósito.

Podemos decir que nuestro propósito refleja quiénes somos, pero nuestra visión nos guía hacia dónde vamos. Debemos tener una visión sólida para poder alcanzar nuestro destino.

Reciba un encuentro sobrenatural

Creo que Dios revela y confirma nuestro propósito mediante el uso de medios sobrenaturales, como un sueño, una visión, una señal, una palabra profética o un encuentro sobrenatural. Podemos recibir una revelación de nuestro destino a través de un encuentro sobrenatural iniciado directamente por Dios. El patrón que vemos en toda la Escritura es que Dios se presenta a Su pueblo a través de encuentros sobrenaturales. En esos encuentros, revela a cada persona su llamado y propósito. Un encuentro sobrenatural hace que Dios sea “real” para nosotros. Él mismo se convierte en la realidad en la que vivimos. Después de un encuentro, Él es más real para nosotros que cualquier oposición, persecución, decepción o incluso bendición.

Los encuentros sobrenaturales transforman su corazón, revelan su propósito y activan su llamado. Si quiere tener un encuentro con Dios, debe tener hambre de Él y ganas de conocer Su propósito para usted. A través de los encuentros, Dios lo hace portador de Su presencia, propósito y poder. Pídale al Señor que abra sus sentidos espirituales para percibir lo que Él quiere revelarle.

Todo lo anterior implica un proceso que a menudo es largo pero tiene un valor incalculable porque, a través de él, nuestro carácter se forma y estamos preparados para tener éxito en el cumplimiento de nuestro destino en Dios.

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

Creados para un propósito

El hecho de que usted esté en la tierra no es un error. Tampoco es insignificante. Al contrario, ¡usted es querido y necesario aquí! Usted es creación de Dios y su propósito es único. Descubra los indicadores de Dios sobre su propósito, cómo discernir su llamado, el proceso a seguir y la promesa de la unción de Dios para permitirle alcanzar su destino. ¡Conviértase en quien estaba destinado a ser!

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Nos gustaría agradecer a Whitaker House por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.espanolwh.com/book-authors/guillermo-maldonado/