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He Decidido

DÍA 11 DE 14

NADANDO CONTRA CORRIENTE 

Imagínate que estás jugando un partido de fútbol y que por más esfuerzos que hacen tú y tu equipo para meter un gol, no lográis hacerlo porque el equipo contrario parece ser más fuerte de lo que esperabais. Por supuesto que os hace sentir frustrados y os obliga a utilizar otra estrategia para ganar el partido. Lo mismo sucede con nuestra vida cristiana, muchas veces nos encontramos con situaciones que nos dificulta el disfrutar de las promesas de Dios por los constantes obstáculos que nos encontramos para obtenerlas, por lo que tenemos que saber a qué nos estamos enfrentando. 

Cuando Jesús vino a la tierra estableció un reino espiritual. Un reino que no se ve, pero que es mucho más poderoso que cualquier otro reino sobre la tierra. Para entender este reino como cristianos, reconocemos la existencia real de un mundo espiritual que va más allá de lo que podemos ver. Hay un cielo y un infierno. Hay espíritus, ángeles y la existencia de un enemigo, el diablo. No luchamos contra “seres humanos”, pero reconocemos que la fuente de todo lo maligno es el diablo, y que contra él es nuestra guerra. Por lo tanto el reino que estableció Jesús, la manera en la que luchamos y vivimos no es la manera en la que lo hace el mundo. Algunos optan por llamarlo “el reino al revés”; donde pierdes para ganar, das para recibir y perdonas en vez de odiar. En este reino, vives por las palabras de Dios, la Biblia y no por lo que ves. Vivimos “en el mundo”, pero no somos “del mundo”. Nuestro propósito mientras estemos aquí en la tierra es el de cumplir el propósito celestial: traer los valores del reino y esa realidad a la tierra a través de vivir vidas bajo el reinado de Jesús y en el poder del Espíritu Santo.  

Ahora que sabemos a que nos enfrentamos, juguemos el partido de nuestras vidas sabiendo que en Jesús tenemos la victoria y establezcamos el reino de Dios en nuestra ciudad.


¿Tengo claro que me enfrento a una batalla espiritual?

¿Cómo puedo vencer en esta batalla?

Señor, te agradecemos por la visión de un nuevo reino para esta tierra. Queremos que a través de nuestras acciones se siga estableciendo tu reino en cada rincón de esta ciudad.  

Escrituras

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