[Guía de reflexión sobre Romanos] Tu creatividad, un regalo al cuerpo de CristoMuestra

Nuestra creatividad es nuestro regalo generoso

Los creativos encuentran sus habilidades en constante demanda. Un pequeño proyecto de diseño gráfico para un amigo. Un concierto no pagado de última hora en la cafetería de un conocido. Un rápido rediseño del logotipo de la pequeña empresa de una tía. Una revisión o edición rápida de la escritura de alguien. Consulta gratuita sobre el enfoque de marketing de comercio electrónico de tu hermano. Si bien se siente bien querer que se aprecien tus habilidades, estos pequeños proyectos se acumulan rápidamente, y no se garantiza una comisión cuando comienzas o navegas por las relaciones complicadas entre amigos y familiares. 

La expectativa que los creativos siempre deben dar a los pequeños proyectos a menudo puede llevar a la amargura y al resentimiento, y no es raro ver a los creativos ocultar sus talentos del resto del cuerpo de Cristo como consecuencia. Estamos vigilados y nuestra experiencia real nos dice que esto es lo mejor.

¿Cómo luchamos con esta dinámica a la luz del llamado de Pablo, que como cristianos presentemos nuestros cuerpos como sacrificios vivos? Nuestros cuerpos son la totalidad de quienes somos. Es nuestro ser físico, nuestra alma, las cosas que somos. Nuestros talentos también son parte de nuestros cuerpos. Incluso cuando nos sentimos incomprendidos o que nuestros dones no son valorados, nuestro llamado todavía es presentarnos ante el Señor como un sacrificio vivo. Presentarnos ante el Señor con todo lo que somos no significa que los artistas sean recursos que deben agotarse en nuestra programación organizativa. Esto es sobre nuestra adoración y nuestra vida en comunidad. Que todo nuestro ser, incluidos nuestros talentos y habilidades, se renueve y transforme para la gloria de Dios.

Como creativos, debemos desempeñar nuestro papel en el cuerpo sin pensar en nosotros mismos más de lo que deberíamos. Es fácil como artista pensar que uno mismo está más en sintonía con lo que está sucediendo en el mundo o que tiene una visión única que pocos podrían entender. Esto lleva a la fractura, la arrogancia y la falta de relaciones interpersonales.

Debemos equilibrar nuestros dones con humildad. Es esencial que pongamos nuestros dones dados por Dios al servicio de los demás. Nuestra creación, en última instancia, tiene que ser nuestra donación, nuestro regalo generoso.

Esto también apunta a nuestra necesidad mutua. En el cuerpo de Cristo, no todos son artistas. Cuando damos nuestros regalos, estamos llevando a las personas a una experiencia de la presencia de Dios a la que tal vez no tengan acceso de otra manera. Esta es una tarea santa y sagrada.

Señor, que seamos fieles con el don de la creatividad que nos has dado, así que lo usemos para tu Gloria y el crecimiento del Cuerpo de Cristo.

Este plan de lectura está basado en el Libro de Romanos, editado por Alabaster Co. Para tener más información sobre este libro, por favor visite este enlace Clic aquí