Yo creo en milagrosMuestra

Una fe más alta que mis emociones

El llega justo a tiempo, siempre. A veces no trae la respuesta que esperamos, pero trae el aliento que necesitamos mientras llega la respuesta.

¿Te has dado cuenta cuantas veces llega a través de la gente? Es increíble! Tantas veces en mi vida hubiera cambiado este salmo si no hubiera llegado justo a tiempo alguien que Dios usó para alentar mi alma y sobre todo mi espíritu. Algunos con una cena y su compañía me mostraron que no estaba solo, otros con sus palabras ministraron mi espíritu de parte de Dios, inclusive en charlas simples. Es que Dios usa gente como respuesta. Gente que se transforma en sus brazos para abrazar, sus oídos para escuchar y su boca para ministrar. Gente común y corriente como tu y yo, que responde, reacciona a lo que está pasando a su alrededor. No necesita más que disposición. El resto obviamente es obra de Dios.

Amo ser esa gente, no me sale siempre pero cuando presto atención y El me usa, puffff que genial se siente!

Claro, es cierto que el pasaje pone primero la fe antes que los sentimientos. Primero lo primero. Y ese es un ejercicio diario. Porque siempre el alma intentará tomar el control. Es el estímulo que recibe del exterior. Todo apunta al alma como lo más importante, y en esta era hedonista, más. Lo importante es lo que “te hace bien”. Nosotros sabemos que es lo que nos hace bien, y no es ninguna de las cosas que nos ofrece la televisión, o que muestran los influencers en Instagram. Es una persona. Se llama Jesús.

Tres cosas para el día de hoy. Fe mata sentimiento, así que si estas en esos días en que pareciera que el universo se levantó decidido a arruinarte el día, debes saber que de tu lado está el creador del universo.

Segundo, puede que la respuesta que estas esperando llegue con voz humana, presta atención y elige bien a quien escuchas. Podría ser Dios hablando, o el enemigo tratando de distraerte. La gente que nos rodea define quienes somos y que hacemos. Aunque creas que no, a la larga o a la corta influencian nuestras decisiones.

Tercero, ¿qué tal si nos convertimos por un rato en la respuesta de alguien? No es tan difícil, solo es cuestión de prestar atención y animarse. Dios puede usar a cualquiera dispuesto. Los excelentes no dispuestos no califican.
Hoy podemos ver un milagro, en nosotros o a nuestro alrededor. En ambos casos, podemos ser protagonistas, si lo elegimos.