Banquetes En El DesiertoMuestra

"Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma". (Stgo. 2:15-17)

Es importante recordar que gran parte de la enseñanza de Jesús con sus discípulos no se relacionaba con una cátedra, sino con situaciones espontáneas que les proveían increíbles oportunidades de crecimiento en la fe. “¿Dónde podemos conseguir nosotros tantos panes en el desierto para saciar a una multitud tan grande?” Esa fue la respuesta de los discípulos al desafío impuesto por Jesús, “Denles ustedes de comer”.

La compasión pone a prueba a las personas como ninguna otra acción. La respuesta de los doce es comprensible cuando comparamos la necesidad con los recursos con los que contaban en su momento: “cinco panes y dos pececitos”. El principio transferible para nuestro crecimiento espiritual radica en el poder de Dios engrandeciendo lo débil, escaso o poco que depositemos en sus manos con el fin de suplir la necesidad de nuestro prójimo; no en la cantidad de nuestros recursos.