Transformados Un viaje cristiano urbanoMuestra

Olvida el pasado

Erika Elicea

¿Alguna vez te ha pasado que sientes que no eres digno del amor de Dios por tus errores? ¿Sientes que tus pecados son imperdonables? Así es como me sentí por muchos años, la vergüenza formó parte de mi vida cuando decidí volver a Dios. Verás, yo crecí en la iglesia y conocía el amor de Dios, pero en el momento en que tuve un poco de independencia, le di la espalda. 

Más tarde, en mi vacío, regresé a Dios y él me recibió con los brazos abiertos. ¿Recuerdas la historia del hijo pródigo? Bueno, en este caso yo era la hija pródiga, regresando a los brazos de mi amado Padre. Dios me perdonó y me recibió en su presencia, pero yo no podía sobreponerme a mis pecados del pasado. Apenas entraba a la iglesia, sentía que el resto de las personas sabían todo de mí. La vergüenza me impedía crecer en el amor de Dios. 

¿Cuántos creyentes pasan por la misma experiencia aplastante cuando regresan a Dios luego de haber estado alejados de la iglesia y de la presencia de Dios? Sienten que no son dignos del amor de Dios por causa de sus errores del pasado, aun sabiendo que la Biblia nos dice una y otra vez que a través de Cristo, nuestro pasado ha sido olvidado y que todas las cosas son hechas nuevas. Por cierto, una cosa es saberlo, pero otra muy distinta es vivir en base a ello. 

Un día, mientras leía la Biblia, encontré un versículo que me decía que olvidara el pasado, que nunca más pensara en ello y que confiara en Dios porque él estaba haciendo algo nuevo. Dios me estaba diciendo que me enfocara en lo nuevo. Sentí como si Dios estuviera murmurando en mi oído, «yo arrojé tus pecados en el fondo del mar del olvido, pero tu sigues trayéndolos a flote». 

Cuando acepté el perdón de Dios, ¡fui instantáneamente liberada de mi vergüenza! Cuando esos sentimientos de vergüenza querían salir a flote de nuevo, me recordaba a mí misma que tenía que olvidar el pasado y que tenía que enfocarme en el futuro. Con el tiempo, desaparecieron y finalmente pude comenzar mi viaje–comencé a crecer en el amor de Dios y a perdonarme a mi misma. 

Si te encuentras peleando con tu pasado, y sientes que hay pecados de tu pasado que son imperdonables, por favor recuerda que Dios te ha perdonado. Ahora es tu turno de recibir el perdón de Dios, te toca perdonarte a tí mismo. Recuerda quién eres en Cristo, inserta tu nombre en el espacio en blanco y dí en voz alta: 

_________________________, pertenece a Cristo, es una nueva criatura.

El pasado de _________________________ ha quedado atrás y todo es nuevo.

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