Cuida tu cuerpoMuestra

Mi sacrificio diario

¿Qué más no le damos a Dios?

Nuestro tiempo, cuando servimos en alguna área de la iglesia, nuestro dinero cuando ofrendamos y diezmamos los domingos, etc y etc, pero la Biblia nos anima a entregar algo que fue entregado como un regalo el día de tu nacimiento, algo que a todos sin distinción se nos ha encomendado cuidar: nuestro cuerpo.

El cuerpo que Dios te ha dado esta relacionado con aquella ofrenda que se entregaba en la antigüedad a Dios como un sacrificio; ¡sí!, el cuerpo que tienes debe ser un sacrificio vivo para Dios; es decir que, el cuidar nuestro cuerpo, es parte de esa consagración y dedicación exclusiva para Dios.

La santidad del cuerpo comienza en el cuidado del mismo y en poder desarrollar una vida apartada del pecado. Una vida que le agrade a Dios, al entregar nuestro cuerpo en sacrificio delante de Dios. Esto demuestra que, estamos siendo racionales en nuestra decisión de vivir para él.

Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación.