Fe y TrabajoMuestra

La Bíblia dice en Génesis 2:15: "Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase."

En el segundo capítulo del libro de Moisés, llamado Bereshit en hebreo o Génesis en español, tanto en los versículos 15 como en el versículo 5, se nos señala el propósito por el cual Dios puso al hombre en el huerto del Edén. Es decir, desde los orígenes de la creación, Dios ha tenido en mente que el hombre cuidaría y labraría la tierra, en otras palabras, que trabajaría. Dios creó al hombre, luego plantó un huerto y lo puso a trabajar en él.

Según la terminología hebrea, "Abad" es la raíz primaria para trabajar en todo sentido, es decir, para servir, arar, cultivar o esclavizar. Ahora bien, puesto que queremos redefinir el concepto de trabajo como un huerto de bendición y también como un símbolo de dignidad y propósito, debemos ubicar al hombre en relación con la acción de trabajar y adorar a Dios a través de este servicio para Dios.

Porque a través de la acción de trabajar, también conocida como "ocupación humana", el hombre participa de forma activa en la labor de odorar a Dios de forma activa, al cultivar y cuidar la creación de Dios. Algo que me encanta de Dios es que Él como Padre, núnca nos va a pedir nada que primero Él, no nos haya modelado. Por ejemplo en la acción de trabajar cuidando y labrando el huerto, Dios es nuestro ejemplo en esta materia. El primer capítulo de Génesis describe, revela y muestra a nuestro Hacedor trabajando: "Dios creó...", "Y Dios estaba moviéndose...", "Y Dios separó...", "Y Dios llamó...", "Y Dios hizo...", "Y Dios juntó...", "Y Dios colocó...", "Y Dios bendijo".

Por tanto, si el trabajo fuese un castigo, entonces Dios no sería un trabajador. Tampoco nos habría dado ejemplo de trabajo si se tratara de algo malo o fuera una maldición. En otras palabras, el trabajo forma parte de Su voluntad para nuestras vidas.

¡Medita en esto!

Con amor en Cristo,

Por, Juan Carlos Calle y equipo Conectar Global

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