Discípulos del Reino con Tony EvansMuestra
Una intimidad profunda
Conocer a alguien íntimamente abarca mucho más que saber sobre la persona. Conocer de verdad a alguien implica compromiso, interacción, y entendimiento que van más allá de las realidades cognitivas.
¿Has visto alguna vez a un matrimonio que ha estado unido por cuatro o cinco décadas? Cada uno de ellos puede terminar las oraciones del otro. O considera a dos bailarines. Pasan horas, días, semanas y meces practicando juntos para conocer los movimientos y el estado de ánimo, al estar cerca. No solo se anticipan al próximo paso, sino que también saben sacar lo mejor de su compañero de baile.
Los mejores defensas en el NFL son los que han trabajado tan cercanamente juntos que puede predecir los movimientos del otro simplemente por un cambio en la carga o en la posición de una mano. Con la multitud gritando y las tensiones en alto, estos defensores no tienen tiempo de hablar a los otros para descubrir en que están pensando.
En Juan 15, cuando Jesús nos enseña a permanecer en intimidad con Él como sus discípulos, nos pide que entremos en una conexión personal con Él. Como sus discípulos, debemos conocer a Jesús tan profundamente, totalmente, continua e intencionalmente que cada movimiento nuestro se alinee con los de Él en una cadencia no planeada de conexión. Eso es lo que significa conocer a Cristo. Es más que simplemente hablar con Él o acerca de Él. Ese es un comienzo. Pero la hermandad íntima es mucho más profunda que eso. Y solo la hermandad íntima lleva a una vida productiva y que da fruto como discípulo.
Por ejemplo, ninguna mujer quedará embarazada discutiendo de sexo en el desayuno con su esposo. Sí, puede hablar de ello con su marido, cada día, y él puede tener algunos poderosos puntos. De hecho, ambos pueden hablar de ello por años. La longitud de tiempo que hablen no hace diferencia en absoluto porque ninguna esposa se va a embarazar por discutir el tema o por su conocimiento del sexo. Tiene que haber un nivel de intimidad, un conocimiento, y experimentar para crear una nueva vida.
De manera similar, permanecer en Cristo nos llama a una intimidad profunda como con sus discípulos, cuando Jesús lo ilustró con la rama y la viña. Esta conexión relacional con Cristo y el fruto que produce son las piedras angulares de ser discípulos del reino.
Escrituras
Acerca de este Plan
Discípulos del reino de Dios hace un llamado a los creyentes e iglesias a regresar a nuestras responsabilidades primordiales: Ser y hacer discípulos. Solo cuando tomamos esto en serio el mundo podrá ver el cielo, trabajar en la tierra. Tony Evans enseña lo que significa ser un discípulo del reino, un creyente en Cristo quien toma parte en el proceso del desarrollo espiritual para progresivamente aprender cómo vivir siempre bajo el señorío de Jesucristo. ¿Responderías al llamado?
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